jueves, 13 de octubre de 2022

Campesino en Atlántico descubre restos de un mastodonte cerca a su casa

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El hombre descubrió los restos del animal prehistórico en Sabanalarga, Atlántico, mientras regresaba a su hogar

Un hombre hizo un increíble descubrimiento cuando caminaba de regreso a su casa en Sabanalarga, Atlántico. Alex Berdugo Ruiz, un campesino de 40 años de edad, se encontraba volviendo a su hogar en el corregimiento de Aguada de Pablo, cuando se percató de algo poco usual en el camino.

El hombre indicó que se acercó a un objeto bastante grande, pensando inicialmente que se trataba de una piedra de gran tamaño. Sin embargo, tras levantarlo, se dio cuenta que era algo poco común, y que podría tener un valor histórico.

El hombre, sin saber inicialmente que es lo que había encontrado, descubrió en el camino a su casa la parte del maxilar de un animal de gran tamaño. Este objeto mide cerca de 40 centímetros, y se puede ver molares de grandes dimensiones en este.

Exhibición de una pieza prehistórica

Alex Berdugo Ruiz llevó esta pieza de inmediato para su casa, donde lo conserva en buenas condiciones para exhibirlo a sus amigos del pueblo y a todo aquel que quiera verlo.

Según había revelado el portal Guájaro Noticias, este hallazgo causó gran revuelo en la comunidad de Sabanalarga, Atlántico.

Sumado a esto, un paleontólogo de la Universidad del Atlántico, confirmó que este objeto encontrado por el hombre al ir de regreso a su casa, se trataría de los restos de un mastodonte. Estos animales vivieron hace cerca de 10.000 años, son familia de los elefantes. Esta criatura fue un herbívoro de la época del pleistoceno.

En varios lugares de Colombia se han descubierto múltiples fósiles pertenecientes a criaturas de épocas prehistóricas. En el pueblo de Villa de Leyva, Boyacá, existen museos y varios lugares donde se puede observar restos de animales de aquellos periodos de la historia.

 

Referencias:

Campesino en Atlántico descubre restos de un mastodonte cerca a su casaFuente: Noticias RCN 13.10.2022. (https://www.noticiasrcn.com/colombia/campesino-descubre-restos-de-un-mastodonte-431526?fbclid=IwAR3aB9wMLR00UWpfWjeyL3pRnSK4iRYhU7-3AAU2wRC5vwq-Mkw4nVE0XPM )  [Última consulta 01.11.2022].


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jueves, 15 de septiembre de 2022

El fósil de Sáchica se convertirá en sitio de atracción turística

 


El Ministerio de Comercio, Industria y turismo dio un espaldarazo al proyecto de crear un parque especializado en Sáchica a partir de la declaratoria de atractivo turístico del pliosaurio, considerado el fósil más grande del mundo en su especie; según una norma nueva, ahora se requiere de un procedimiento para instaurar un sitio turístico y es lo que viene adelantando la alcaldía.

El proyecto ya tiene bases como el terreno donde se desarrollará, gracias a una donación de la parroquia que cedió un lote a solo un kilómetro del casco urbano según lo anunció el alcalde Hugo Buitrago.

El pliosaurio será el centro e inicio del proyecto para constituir el centro turístico y con este reconocimiento del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo se obtiene luz verde para implementar aspectos como tarifas, programas de atracción de visitantes y obras anexas, dijo el secretario de cultura de Sáchica, Oscar Fernando Durán.

Recordemos que, en esta región de Ricaurte Alto en materia de atracción paleontológica, se encuentran los fósiles de Villa de Leyva y el de Sáchica que se convierten en sitio de interés para visitantes tanto nacionales como internacionales (Fin – Pedro Preciado Chaparro – UACP – URT) (Foto: Universidad Nacional de Colombia).


Referencias:

Jader Silvera. El fósil de Sáchica se convertirá en sitio de atracción turísticaFuente: Boyacá 95.6 14.09.2022. (https://956fm.boyaca.gov.co/el-fosil-de-sachica-se-convertira-en-sitio-de-atraccion-turistica/?fbclid=IwAR0LnHJT9nkVZPtlE1fGVtC5Sesf1sGpCfk9pbgVafXmYXNfNHdVKYpbAn4 )  [Última consulta 01.11.2022].


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martes, 30 de agosto de 2022

Hallan en zona rural vestigios de un dinosaurio (Ver nota aclaratoria al final)

 


En medio de las dudas y hasta de las burlas de muchas personas, los exploradores tulueños Juan Carlos Vélez y Carlos "Pirry" Colonia siguen adelante con su tarea para demostrar que en todas las regiones de Colombia hay vestigios arqueológicos de culturas y restos de seres vivos que hace millones de años transitaron y habitaron estas tierras.

Uno de los más recientes descubrimientos se trataría de los restos óseos de un Purussaurus, una especie de cocodrilo gigante que, según los cálculos, pudo haber existido hace 50 millones de años.

Vélez, uno de los más reconocidos talladores del país, dijo en diálogo con EL TABLOIDE que el trabajo se adelanta desde hace varios meses con base en la información recopilada y para llegar a ella, detectarla y extraerla se excavó en roca 15 metros adentro.

“Esto es algo que nos tiene muy contentos, pues junto a Carlos llevamos años buscando estas pruebas de la existencia de los restos de estos seres y que el común de la gente los ha visto solo en las películas y nadie imagina que pudieron existir en nuestra Tuluá” precisa el hombre mientras muestra en una de las rocas extraidas los restos de los que podría ser una costillla y el diente del cocodrilo fosilisado.

Por su parte “Pirry” Colonia insistió que en Tuluá y la región se debe pensar en la creación de un museo donde se puedan dejar este y otros hallazgos que se han hecho. “Estas piezas necesitan estar en un lugar seguro, no expuestas al aire pues se van a deteriorar”, dijo Colonia tras indicar que seguirá en la lucha, pues aún queda mucho por descubrir.

Aclaración: Ignoro si por desconocimiento o por ganar unos cuantos lectores más el título del artículo menciona la palabra "dinosaurio", cuando en realidad se trata de restos de Cocodrilomorfos, esperemos que algún día los periodistas de este país se informen antes de escribir sobre estos temas pues lo único que consiguen es confundir al lector y lo que pretende ser una nota informativa se convierte en lo contrario.

 

Referencias:

Hallan en zona rural vestigios de un dinosaurio. El Tabloide 29.08.2022. (https://eltabloide.com.co/tulua/hallan-en-zona-rural-vestigios-de-un-dinosaurio/?fbclid=IwAR1kA13PA1rB_4134q4CrRHFv-aZLy3y9GcunFnEZMyYcr-Ry11mDmEA3xU)  [Última consulta 01.11.2022].

 

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jueves, 11 de agosto de 2022

Nuevo dinosaurio de cuello largo ayuda a reescribir la historia evolutiva de los saurópodos en América del Sur



Un dinosaurio de tamaño mediano vivió en la Serranía del Perijá en el norte de Colombia hace aproximadamente 175 millones de años, según un nuevo estudio de un equipo internacional de investigadores publicado en el Journal of Vertebrate Paleontology.

La nueva especie es un dinosaurio herbívoro de cuello largo, cuya existencia ha sido corroborada por una sola vértebra que mide aproximadamente medio metro de alto y ancho y que tiene un patrón distintivo de puntales óseos.

La nueva especie de dinosaurio ha sido denominada Perijasaurus lapaz, en reconocimiento a la región montañosa donde fue encontrada y a los acuerdos de paz firmados en 2016 que permitió a los científicos continuar con su investigación décadas después de que se encontraran los restos fósiles en 1943.

Perijasaurus es el saurópodo que se ha encontrado más al norte en América del Sur y los científicos piensan que representa una fase temprana en la evolución de estos dinosaurios en Sudamérica.

“Este nuevo género y especie en el paleotrópico nos permite entender un poco más sobre el origen de los saurópodos en el Jurásico, así como también cómo prepararon el escenario para los posteriores saurópodos del Cretácico”, dijo Aldo Rincón Burbano, profesor de la del Departamento de Física y Geociencias de la Universidad del Norte y autor principal del estudio.

El fósil fue descubierto por primera vez en 1943 durante una campaña de mapeo geológico de la Tropical Oil Company. El espécimen fue llevado a las colecciones de la Universidad de California Berkeley y fue descrito preliminarmente en 1955.

Jeff Wilson Mantilla, curador de paleontología y profesor de la Universidad de Michigan, examinó el espécimen como estudiante de posgrado en 1997 y luego desarrolló un proyecto respaldado por la Fundación Fulbright para estudiar la evolución de los saurópodos en Colombia.

Como parte de ese proyecto, el espécimen fue prestado a la U-M, donde el jefe de preparación William Sanders eliminó los pegamentos y el yeso, lo que aumentó en gran medida la visibilidad de los detalles anatómicos y redujo el peso total de la muestra.

“Después de volver a preparar el fósil, pudimos visualizar mejor las delicadas láminas óseas que interconectan las partes salientes de la vértebra: la espina neural, las articulaciones intervertebrales, las articulaciones de las costillas. La arquitectura de esas conexiones proporciona información morfológica crítica que identifica a ese individuo como una nueva especie y lo ubica dentro del árbol genealógico de los saurópodos”, dijo Wilson Mantilla.

Un modelo 3D del espécimen está alojado en el Repositorio en línea de fósiles de la Universidad de Michigan (UMORF).

Vista panorámica de la Serranía del Perijá en Colombia, donde una vértebra —encontrada en 1943— recientemente permitió a científicos internacionales identificar una nueva especie de saurópodos, el Perijasaurus lapaz. Crédito de la foto: Jeff Wilson Mantilla, Universidad de Michigan.


De la paz, un descubrimiento

Un conflicto armado desde 1964 entre las fuerzas del gobierno y las la guerrilla de las FARC y otros grupos paramilitares hicieron insegura la realización de investigaciones en la Serranía del Perijá, cerca de la frontera entre Colombia y Venezuela, hasta los acuerdos de paz de 2016.

Desde entonces, el equipo de investigación ha estado trabajando para determinar con mayor precisión dónde fue encontrado el fósil. Una imagen de satélite de la región se superpuso a un mapa dibujado a mano en 1955 que muestra la ubicación del fósil.

Otra pista fue el sedimento extraído de la propia vértebra durante el proceso de preparación que permitió al equipo determinar la capa específica de la que se extrajo el hueso. El trabajo de campo en el sitio y localidades vecinas ayudó a reconstruir el paleoambiente que habitaba el dinosaurio.

“Perijasaurus vivía en un ambiente de pendientes bajas asociado a un río y una zona boscosa. Encontramos arena fina y restos de hojas en el sedimento depositado en el área donde originalmente se encontró la vértebra, y es consistente con el sedimento dentro del arco neural de la vértebra, que solo se conservan cerca de una llanura aluvial, es decir, cerca de las laderas de un río, una zona boscosa”, dijo Daniel Raad, entonces estudiante de geología en la Universidad del Norte.

La mayoría de los descubrimientos de dinosaurios en América del Sur provienen de rocas del Período Cretácico ubicadas en Argentina y Brasil.

La presencia de dinosaurios en el norte de América del Sur es mucho más rara, particularmente durante los períodos Jurásico y Triásico, durante la radiación inicial de los dinosaurios, cuando las masas terrestres aún estaban sustancialmente interconectadas.

“Si bien el Perijasaurus está representado por una sola vértebra, esa región del esqueleto es la que brinda más información en los saurópodos, debido a una serie de láminas y otras estructuras”, dijo Martín Ezcurra, paleontólogo e investigador asociado del CONICET (Consejo de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina) y curador jefe de paleovertebrados en el Museo Argentino de Ciencias Naturales.

Los investigadores pudieron determinar las relaciones evolutivas de Perijasaurus a través de un análisis computacional centrado en los saurópodos del Jurásico temprano y medio.“Perijasaurus es parte de la radiación temprana de saurópodos, que incluye especies del sur de Sudamérica, África, Asia y Europa”, dijo Harold Jiménez Velandia, geólogo de la Universidad de Caldas.

Aldo Rincón Burbano, profesor de física y geociencias de la Universidad del Norte en Colombia recolecta muestras en la Serranía del Perijá en Colombia. Crédito de la foto: Jeff Wilson Mantilla, Universidad de Michigan.


“Lo que vemos en el Jurásico Inferior, tanto en latitudes altas como en las zonas más tropicales, es que las especies de saurópodos estaban interconectadas evolutivamente y geográficamente, algo que también se había visto con otros grupos de dinosaurios carnívoros y herbívoros”, dijo Ezcurra.

La presencia de Perijasaurus en los paleotrópicos de América del Sur, junto con su estrecha relación filogenética con especies geográficamente extendidas que habitaban latitudes bajas, sugiere que los saurópodos se diversificaron y dispersaron con bastante rapidez tras un gran evento anóxico a finales del Jurásico Inferior, cuando porciones de los océanos se quedaron sin oxígeno en grandes áreas geográficas.

Los saurópodos son los animales más grandes que han caminado sobre la tierra, algunos alcanzan longitudes estimadas de 49 metros y pesos de hasta 57 toneladas métricas. Su capacidad para soportar su peso y mover sus cuerpos de manera eficiente proviene de una serie de adaptaciones para reducir el peso y aumentar el soporte óseo.

Un sello anatómico de los saurópodos avanzados como Apatosaurus y Camarasaurus es la neumatización de la vértebras y costillas.

Esencialmente, las extensiones del sistema de sacos de aire de los pulmones se extienden hacia la columna vertebral y en realidad eliminan el hueso interno, aligerando efectivamente el esqueleto.

“Antes del Jurásico tardío, los saurópodos habían desarrollado vértebras altamente neumáticas plagadas de espacios de aire que eliminaban entre la mitad y las tres cuartas partes del peso del hueso. Perijasaurus representa un antecedente evolutivo en el que las invasiones neumáticas son mucho más simples y limitadas en extensión, eliminando menos de una cuarta parte del volumen óseo”, dijo Wilson Mantilla, quien aseguró que el equipo continuará enfocándose en las regiones de Colombia que tienen exposiciones de sedimentos jurásicos.

“Colombia se perfila como un país con gran potencial para contribuir a la paleontología del continente y del mundo”, dijo.

El Perijasaurus es almacenado permanentemente en el Museo de Paleontología de la Universidad de California en Berkeley, California. Réplicas de la vértebra están alojados en la Universidad de Michigan, la Universidad del Norte, y el Servicio Geológico de Colombia. La investigación fue financiada por la Fundación Fulbright, la Universidad del Norte, el Fondo Sam Welles y CONICET.

 

Referencias:

Ann Arbor (Adaptado del original por José Luis Rodríguez de la Universidad del Norte). Nuevo dinosaurio de cuello largo ayuda a reescribir la historia evolutiva de los saurópodos en América del Sur. Universidad de Michigan 10.08.2022. (https://espanol.umich.edu/noticias/2022/08/10/nuevo-dinosaurio-de-cuello-largo-ayuda-a-reescribir-la-historia-evolutiva-de-los-sauropodos-en-america-del-sur/?fbclid=IwAR0ZaFBkhAUDcGpGQhAQjjlFBTQ6ig0YnGlySiHRmQ-i6BEpMVArrhmbqHI)  [Última consulta 01.11.2022].

 

Para más información por favor consulte: Rincón, A. F., Raad Pájaro, D. A., Jiménez Velandia, H. F., Ezcurra, M. D., & Wilson Mantilla, J. A. (2022). A sauropod from the Lower Jurassic La Quinta formation (Dept. Cesar, Colombia) and the initial diversification of eusauropods at low latitudes. Journal of Vertebrate Paleontology, e2077112. https://doi.org/10.1080/02724634.2021.2077112            

           

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sábado, 16 de julio de 2022

Cuando por el Valle del Cauca caminaron grandes mastodontes

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Depósitos de fósiles de estos animales extintos reposan bajo el río Cauca

a semana pasada los vallecaucanos se sorprendieron con el particular descubrimiento con el que se topó un grupo de areneros del río Cauca, en el sector que se conoce como el Paso de la Torre, cerca a Yumbo. Extraer del cauce material que se emplea para construcción es una actividad que realizan tradicionalmente familias por generaciones, en esta ocasión la pala con la que hacen este trabajo les trajo también algunos dientes y una vértebra que se cree pertenecían a un mastodonte, una especie extinta que caminó por ese territorio hace miles de años.

Aunque la noticia despertó la curiosidad de la población, lo cierto es que estos hallazgos son más comunes de lo que se cree. De hecho, desde hace unos 30 años Gheny Krigsfeld, un odontólogo apasionado por la naturaleza y los minerales, se ha dedicado en su fines de semana a recorrer el valle geográfico del río Cauca en busca de los restos fósiles que frecuentemente se encuentran los areneros. Una colección que los expertos estiman puede corresponder a unos 300 individuos diferentes de mastodontes, unos gigantes similares a los elefantes actuales, aunque más grandes y cubiertos de un pelambre que les permitía vivir a temperaturas más bajas

De ascendencia rumana y judía, la familia de Gheny llegó a Cali huyendo de la segunda guerra mundial. Aunque su nombre y sus rasgos europeos revelan su conexión con los Balcanes, su marcado acento lo hace tan caleño como el pandebono y tan colombiano como cualquiera, con un amor profundo por el territorio y su estudio, que lo ha llevado como paleontólogo y naturalista aficionado a interesarse por los minerales y los fósiles que se ha encontrado en el camino, desde el primer molar de mastodonte con el que se cruzó por casualidad y que lo cautivó también como odontólogo.

Gheny Krigsfeld, un odontólogo apasionado por la naturaleza y los minerales. Foto Christian Ziegler

“No lo conocía, me interesó mucho, lo empecé a estudiar y me di cuenta de dónde los sacaban, empecé a ir a los sitios, a colectar por aquí y por allá. Se puede decir que casi todos los sábados yo los dedico jugando, hago mis expediciones, ya sea de minerales o de fósiles o de cualquier otro elemento”, comenta este hombre de 78 años que después de décadas de hacer ciencia de manera independiente y de tocar sin éxito varias puertas en varias instituciones en busca de apoyo para profundizar en la investigación de estos especímenes, finalmente es uno de los coautores de una publicación reciente que recoge la caracterización de los depósitos en los que bajo el río Cauca permanecen los restos de estos magníficos animales que caminaron por el Valle.

Junto a Carlos Jaramillo, investigador del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales y una de las autoridades en paleontología en Colombia, y científicos de la Universidad Icesi (Cali), la Universidad del Norte (Barranquilla), la Universidad de São Paulo (Brasil) y de la empresa Subsuelo3D (Bogotá),

“En la época en que vivieron estos mastodontes si usted se paraba en Cali todo lo que vería en el valle sería un bosque seco que iría desde Toro hasta Puerto Tejada y humedales gigantescos”

 Una tierra de gigantes

“En la época en que vivieron estos mastodontes si usted se paraba en Cali todo lo que vería en el valle sería un bosque seco que iría desde Toro hasta Puerto Tejada, todo el Valle, y humedales gigantescos. Hoy en día el 98 por ciento de todo ese bosque ha sido reemplazado por caña, un cambio gigantesco en el paisaje y todavía no entendemos muy bien el efecto que ha tenido en el ciclo hídrico del Valle del Cauca, en lo que llueve sobre Cali y los pueblos que están al norte y al sur sobre el río Cauca, el efecto que está teniendo la gran cantidad de nutrientes que son añadidos a todos estos cultivos para que crezcan, comparado al nivel de nutrientes que había en el último glaciar, cuando vivieron estos mastodontes”, explica el doctor Jaramillo sobre algunos datos acerca de la riqueza de este territorio a los que pudieron acceder gracias al estudio.

Más allá de identificar si estos animales eran o no mastodontes, que definitivamente lo son, el propósito de la investigación se centró en estudiar cómo son los depósitos de estos restos que se encuentran bajo el río Cauca, información fundamental para reconstruir cómo es la geometría de los cuerpos rocosos donde están los restos de los animales y qué edad tenían. Una tarea supremamente difícil al encontrarse bajo tierra y bajo el río, un lugar de difícil acceso para excavar.

Fósiles de mastodontes. Foto Christian Ziegler


Con el apoyo de The National Geographic Society y gracias al desarrollo de tecnología nacional que han adelantado los geólogos e ingenieros de Subsuelo3D, los científicos emplearon técnicas de sonido y de electricidad para identificar el tipo de roca que hay bajo el río en las zonas donde suelen aparecer los restos de los mastodontes, con esos datos construyeron, mediante algoritmos computacionales, modelos en 3D para recrear lo que no eran capaces de ver directamente con sus ojos y ponerle un contexto a los fósiles.

“Contratamos dos tipos de palas durante una semana, estuvimos las 24 horas sacando material, hasta que logramos extraer pedazos asociados a estos fósiles para datarlos usando carbono 14. Por eso sabemos que tienen 14.000 años, es decir, a finales del último glaciar es la imagen de cómo era el paisaje en Cali en esa época. Y todo fue hecho por alguien que no era científico, que solo tenía curiosidad, energía y constancia para hacer esto durante 35 años”, comenta Jaramillo sobre el incansable trabajo de Gheny que sembró la semilla que hizo posible esta investigación.

Adicionalmente, los investigadores evaluaron el tipo de vegetación que dominaba la región examinando muestras de polen, porque descubrir más sobre este territorio puede también ayudar a desenredar uno de los grandes misterios de la paleontología: ¿por qué estos grandes animales, originarios de Norteamérica, no empezaron a migrar hacia Suramérica sino millones de años después de que se conectaran estas dos partes de lo que hoy es el continente americano con la formación del istmo de Panamá?

Los investigadores contrataron palas con las que se extrae arena del Río para construcción, para ubicar el depósito de fósiles. Foto Christian Ziegler


Viajeros del norte

“Cuando Panamá colisionó con Suramérica, estos dos continentes que habían estado aislados por casi 100 millones de años se vuelven a unir, se unió Gondwana, que es Colombia y Suramérica, con la Laurasia, que es Norteamérica, y se produjo algo que se ha llamado el Gabi, el Great America Biotic Interchange o el gran intercambio americano de fauna y flora, entonces muchas plantas y animales se movieron del sur al norte y del norte al sur”, explica Jaramillo.

 De este proceso, una de las especies más icónicas son los mastodontes, que se movieron de Norteamérica y llegaron a adaptarse y ocupar todo Suramérica, por eso, según detalla el paleontólogo, los encontrábamos en Colombia por todas partes, desde el páramo hasta en los bosques en el Putumayo. “Lo que no se sabe muy bien es qué hizo posible que estas migraciones ocurrieran, por qué algunos animales migraron y otros no, y cuándo migraron”, comenta el experto.

El interrogante se mantiene porque lo que muestra la evidencia geológica es que por lo menos desde hace 10 millones de años ya había una conexión física entre el norte y el sur del continente, estableciendo un camino por donde estos animales podrían haber pasado que ya para hace cuatro millones de años era completamente permanente. Sin embargo, los expertos señalan que la mayoría de las migraciones de mamíferos, como los mastodontes, ocurrieron solo hasta hace 2 millones de años. Por eso la pregunta es: ¿Qué los llevó finalmente a comenzar a moverse hacia nuevos territorios?

“Siempre estamos a la caza de alguna compañía que, por ejemplo, vaya a construir una piscina para truchas, que nos permita profundizar más. El día que encontremos un depósito va a ser muy interesante”

 “Pensamos que el detonante de gran parte de las migraciones, especialmente de norte a Suramérica, fue el cambio climático tan gigantesco que ocurrió a principios del Pleistoceno, que es el clima que tenemos hoy en día, y es cuando estas glaciaciones y desglaciaciones empezaron”, asegura el doctor Jaramillo. Esto puede haber generado un cambio en los paisajes de Centroamérica y del noroeste de Suramérica, dejando, donde antes existían bosques húmedos tropicales unas sabanas, paisajes abiertos preferidos por los mastodontes para migrar.

Pero es una hipótesis que apenas se ha puesto a prueba por la ciencia, debido a que el registro fósil del Plio-Pleistoceno, como se le conoce a esta época, de esas regiones no ha sido suficientemente estudiado, como pasa con los fósiles del Valle del Cauca. Por eso el descubrimiento de Gheny Krigsfeld en el río Cauca es tan importante, porque son depósitos de fósiles que corresponden a uno de esos posibles corredores por donde viajaron los mastodontes para convertirse en habitantes permanentes del sur, por lo menos hasta su extinción.

Pese a este potencial, esta investigación es solo el comienzo y, aunque los hallazgos de Gheny son la prueba de la densidad de fósiles de estos animales que posee el Valle del Cauca, encontrarlos en un lugar más alejado del río y de la actividad de los areneros marcaría la diferencia a la hora de poder obtener más información de ellos. “Así vamos a poder encontrar el depósito y verlo con nuestros ojos, pero para eso necesitaríamos bajar unos 12 metros en la tierra. Siempre estamos a la caza de alguna compañía que, por ejemplo, vaya a construir una piscina para truchas o cosas de este estilo que nos permita profundizar un poquito más, sacar los depósitos y volver a tapar y construir el lago. El día que encontremos un depósito va a ser súper interesante”, concluye Jaramillo.

 

Referencias:

Alejandra López. Cuando por el Valle del Cauca caminaron grandes mastodontes. El Tiempo 15.07.2022. (https://www.eltiempo.com/vida/ciencia/cuando-por-el-valle-del-cauca-caminaron-grandes-mastodontes-687349?cid=SOC_PRP_POS-MAR_ET_FACEBOOK&fbclid=IwAR2xgCsDCCePoKHd31qH14_B4Y5YpxAHCaNaN7FLu3JBb1VqM8D40NRA5Dw)  [Última consulta 01.11.2022].


 Para más información por favor consulte: Jaramillo, C., Krigsfeld Shuster, G., D. Rojas, C., Henao, A., Y. Ojeda, G., Caballero, D., Escobar-Florez, S., Gomez, S., & Escobar, J. (2022). Upper Pleistocene deposits from the Cauca Valley. Rev. Acad. Colomb. Cienc. Ex. Fis. Nat., 46(179), 482-495. https://doi.org/10.18257/raccefyn.1666  


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sábado, 9 de julio de 2022

Hallan los restos de un mastodonte de 10.000 años en zona rural de Yumbo, Valle

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Los restos del mastodonte encontrados en Yumbo. Inciva / Especial para El País


Operarios que extraen arena del río Cauca hallaron lo que podría ser los restos de un mastodonte que recorrió territorio vallecaucano hace más de 10.000 años.

Los restos de esta especie prehistórica que pesaba alrededor de 40 toneladas, fueron encontrados en el sector del Paso de La Torre, municipio de Yumbo, Valle, luego de que una parte de la peña del río se desprendiera a causa del invierno.

Se estima que los mastodontes podían ser más pequeños que un mamut, pero más grandes que un elefante.

Al respecto, el director del Instituto para la Investigación y la Preservación del Patrimonio Cultural y Natural del Valle del Cauca (Inciva), Jonathan Velásquez, aseveró que "se puede evidenciar que es una de las vértebras de un mastodonte y también podríamos hablar que también hay otra pieza que podría ser parte de la dentadura de este mastodonte".

"Hay que hacer una identificación previa de esto, hay que hacer un análisis técnico con el equipo correspondiente", agregó Velásquez.

Además, según el experto, en la era del Pleistoceno, los mastodontes transitaban en manada por el extenso Valle, y por esa razón, es que en esta zona del país se ve de forma recurrente la comercialización de estas piezas.

Por tal motivo, el director del Inciva indicó que ya están "adelantando la averiguación para custodiar las piezas. Son piezas que efectivamente no se pueden comercializar, hacen parte de ese patrimonio histórico que tenemos en el Valle del Cauca y hay que hacer un proceso de registro y reportarla al Sistema Geológico a nivel nacional”.

​​Por último, desde el Inciva manifestaron que todavía no han establecido que estas piezas halladas sean propiamente del Valle o si fueron trasladas de alguna forma, por estarán bajo análisis para así saber su procedencia y otros detalles.

 

Referencias:

Hallan los restos de un mastodonte de 10.000 años en zona rural de Yumbo, Valle. El País 08.07.2022. (https://www.elpais.com.co/valle/hallan-los-restos-de-un-mastodonte-de-10-000-anos-en-zona-rural-de-yumbo.html)  [Última consulta 01.11.2022].


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miércoles, 15 de junio de 2022

Encuentran en Colombia una especie de tiburón extinta


 Investigadores de la Universidad del Rosario y la Universidad de Zurich (Suiza) identificaron por primera vez en Colombia el fósil de un tiburón que vivió en el norte de Sudamérica hace aproximadamente 135 millones de años. La especie bautizada con el nombre de ‘Strophodus rebecae’, medía entre cuatro y cinco metros, y fue hallada en el municipio de Zapatoca, departamento de Santander.

El descubrimiento, publicado en la revista científica PeerJ, permite estudiar cómo era el ecosistema del mar cretáceo de Colombia, los predadores y presas que lo habitaban.

Los paleontólogos Edwin Cadena, de la Universidad del Rosario, y Jorge Carrillo, de la Universidad de Zurich en Suiza, trabajaron cerca de diez años en la zona para concretar el descubrimiento. Cadena también descubrió en 2020 los primeros fósiles de un pterosaurio en el país, reptiles voladores de la Era Mesozoica que se hicieron famosos con la película Jurassic Park.

Los fósiles están en la Universidad del Rosario en Bogotá y hacen parte de su colección paleontológica, mientras se construye un museo en Zapatoca con las condiciones para exhibirlos.

Referencias:

Encuentran en Colombia una especie de tiburón extinta. Fuente: El Espectador 11.06.2022. (https://www.elespectador.com/ciencia/encuentran-en-colombia-una-especie-de-tiburon-extinta/?utm_source=interno&utm_medium=boton&utm_campaign=share_notas&utm_content=boton_facebook_share_notas&fbclid=IwAR22t9PYgJff5Gxg53KRjA6snZeOxqdBDeESAyUO28e0rXmOnZS28hjF_u0)  [Última consulta 15.06.2022].

 Para más información por favor consulte: Carrillo-Briceño JD, Cadena E. 2022. A new hybodontiform shark (Strophodus Agassiz 1838) from the Lower Cretaceous (Valanginian-Hauterivian) of Colombia. PeerJ 10:e13496 https://doi.org/10.7717/peerj.13496




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lunes, 7 de marzo de 2022

¿Existen pinturas rupestres de perezosos gigantes y megafauna extinta en la Amazonía colombiana?

 El descubrimiento de paredes verticales con pinturas rupestres de grandes criaturas alimenta una polémica sobre la megafauna prehistórica.



Hace más de 10,000 años, perezosos gigantes, gliptodontes, caballos prehistóricos y otras especies representativas de la megafauna de finales del Pleistoceno coexistían en lo que hoy es la Amazonía colombiana.

No sólo eso: un nuevo estudio sugiere que los humanos que se establecieron en la región no sólo interactuaron con la megafauna prehistórica, también plasmaron algunas especies hoy extintas en arte rupestre recientemente encontrado en la Serranía de la Lindosa, en los límites de la selva amazónica.

Juancho Torres/Anadolu Agency via Getty Images


Tal es la conclusión de José Iriarte, arqueólogo de la Universidad de Exeter y líder del equipo que en 2019 descubrió un conjunto de paredes a unos 200 kilómetros del Parque Nacional Serranía de Chiribiquete, donde se encontraron las primeras pinturas rupestres de la región en 1986.

A través de los 12 kilómetros de paredes verticales, las pinturas rupestres de la Serranía de la Lindosa sorprendieron al equipo por su perfecto estado de conservación. Además de escenas de la vida cotidiana de quienes posiblemente fueron los primeros humanos contemporáneos en llegar a la selva amazónica y huellas humanas de hace más de 12,000 años, Iriarte asegura que las pinturas rupestres del sitio representan un retrato fiel de la fauna amazónica, tanto actual como extinta.

De perezosos gigantes a capibaras

Juancho Torres/Anadolu Agency via Getty Images


Los trazos dejan entrever aves y tortugas que aún forman parte de las especies animales que habitan la selva tropical más grande del mundo; sin embargo, el estudio publicado en Philosophical Transactions of the Royal Society B ha levantado polémica entre arqueólogos y paleontólogos al sugerir que las paredes también representan a perezosos gigantes, además de elefantes y caballos prehistóricos.

La imagen más popular retomada en el estudio (en portada de este artículo) muestra lo que parece ser un perezoso gigante acompañado de su cría frente a un grupo de humanos. Si ambos elementos fueron trazados a la misma escala, la criatura duplica la proporción de nuestra especie, una premisa que apoya la noción de Iriarte y compañía.

No obstante, la identificación de especies extintas a partir de pinturas rupestres es una práctica polémica debido a la falta de pruebas que permitan sustentar esta hipótesis. Si bien el equipo estima que las pinturas de la Serranía de la Lindosa tienen entre 12,000 y 8,000 años de antigüedad, en ausencia de una datación que permita estimar con precisión cuándo fueron realizadas, otros expertos no involucrados en el estudio creen que las pinturas son mucho más recientes de lo que se cree, una forma de explicar parcialmente su estado de conservación.

 

Según esta hipótesis, los animales representados no serían parte de la megafauna prehistórica que sucumbió en los últimos 10,000 años, sino especies conocidas en la actualidad como tapires, capibaras y hasta caballos que llegaron junto con los europeos a América.

 

Referencias:

Alejandra López. ¿Existen pinturas rupestres de perezosos gigantes y megafauna extinta en la Amazonía colombiana?. Fuente: National Geographic en Español 07.03.2022. (https://www.elespectador.com/ambiente/blog-el-rio/rastros-de-paramos-en-la-amazonia-de-hace-15-millones-de-anos/?fbclid=IwAR39zA8s_qegsnxr4LiO6nmLK_UNwF4CAvwFPX_Mubf0IUhHI7HlGFi6lyI)  [Última consulta 15.06.2022].

 

Para más información por favor consulte: Iriarte José, Ziegler Michael J., Outram Alan K., Robinson Mark, Roberts Patrick, Aceituno Francisco J., Morcote-Ríos Gaspar and Keesey T. Michael. 2022 Ice Age megafauna rock art in the Colombian Amazon? Philosophical Transactions of the Royal Society B. 377: 20200496.  http://doi.org/10.1098/rstb.2020.0496

Todas las imágenes y fotografías aquí publicadas son propiedad de sus respectivos autores.




sábado, 5 de marzo de 2022

¿Rastros de páramos en la Amazonia de hace 15 millones de años?

Un equipo de científicos hizo un hallazgo sin precedentes: encontró evidencia de rastros fósiles de plantas de páramo en la Amazonía. Su investigación muestra que hay una conexión vital entre esta región y los Andes, pero que ahora los humanos estamos destruyendo.

Reconstrucción del ambiente, flora y fauna en el sistema Pebas.  Cortesía Carina Hoorn
Reconstrucción del ambiente, flora y fauna en el sistema Pebas.  Cortesía Carina Hoorn


Hace casi quince millones de años, la densa selva amazónica que conocemos lucía muy diferente. Era un gran sistema de humedales, conocido como el sistema Pebas, que alcanzó a ocupar más de un millón de kilómetros cuadrados. En lo que hoy es Caquetá confluían agua dulce, agua de mar, palmas, manglares, helechos y bosques. También había una diversidad inmensa de moluscos, caracoles, reptiles y peces. Se estima que albergaba el conjunto de cocodrilos más diverso de todos los tiempos; algunos medían hasta doce metros.

“Era un pantanal que no tiene comparación con el mundo actual”, asegura Carina Hoorn, geóloga, paleoecóloga y una de las pupilas del reconocido botánico Thomas van der Hammen. Llegó desde Holanda a Colombia en 1985 y, desde entonces, de la mano de científicos colombianos, no ha parado de reconstruir la historia natural de la Amazonia mediante el estudio de los sedimentos, las rocas y el polen fósil. Palinología se llama esta disciplina en la que, utilizando fósiles de polen de hace millones de años, recogidos de los sedimentos, logran reconstruir cómo cambian los ambientes, la vegetación y los ecosistemas.

Junto a un equipo multidisciplinario, publicaron en la última edición de la revista Global and Planetary Change un artículo en el que buscaban describir el sistema Pebas. La investigación les dio la posibilidad de imaginar cómo era ese ambiente, qué había ahí, cuál era su vegetación y su fauna y cómo cambiaba con el paso del tiempo. Lo primero que encontraron fue que los grandes ciclos astronómicos, influenciados por los cambios en la órbita terrestre o por el cambio de inclinación de la Tierra, también han incidido y controlado este sistema de humedales en la mitad de la Amazonia, en pleno trópico.

“Aunque uno podría pensar que el trópico es muy estable, lo cierto es que está altamente influenciado por los cambios en el clima. Y esas variaciones en el clima están relacionadas con grandes fuerzas astronómicas, que son las que también marcan las grandes eras glaciales e interglaciales”, asegura Giovanni Bogotá, biólogo, docente de la Universidad Distrital y coautor del artículo.

Afloramiento en el punto Los Chorros, en la Amazonia colombiana. / Carina Hoorn


El nivel del mar y el clima influían en las épocas de inundación del pantano, en la entrada de agua salobre hasta la Amazonia y, por ende, en la vegetación que predominaba en el sistema Pebas. Pero con esta investigación se encontraron muchas más sorpresas. “Cada centímetro de sedimento aporta una ventana de tiempo, como si fuera una fotografía de lo que pasaba en esos años. Así podemos reconstruir la historia”, asegura Bogotá, también estudiante de Van der Hammen. Estudiando los sedimentos de un lugar conocido como Los Chorros (un acantilado de 35 metros cerca a Puerto Nariño), en la Amazonia colombiana, abrieron una ventana al pasado. Reconstruyeron la flora y fauna del pantano, pero también de las montañas de los Andes.

Rastros de páramos y manglares

Cada planta tiene un grano de polen distinto. Los granos de polen, además, son muy resistentes al tiempo y a la exposición a diferentes condiciones ambientales, por lo que encontrarlos como fósiles en los sedimentos no es tan extraño. En los sedimentos de los suelos de la Amazonia se pudo comprobar que al menos hace quince millones de años ya existían en nuestras montañas algo muy parecido a un páramo, un “protopáramo”, señalan los investigadores.

“Durante años, la pregunta de cuándo se levantó y alcanzó su altura la cordillera de los Andes le ha dado vueltas en la cabeza a los geólogos, biólogos e investigadores”, asegura Catalina González, directora del Grupo de Investigación Palinología y Paleoecología Tropical de la U. de los Andes y coautora del artículo. “Hasta ahora, los primeros indicios que teníamos de la existencia de los páramos eran mucho más jóvenes: de hace cinco millones de años o, según la mayoría de evidencia, de hace dos millones de años”, explica.

Por eso, encontrar evidencia de que hace quince millones de años ya existían unas plantas que podían habitar los protopáramos es un hallazgo sin precedentes. “Nos muestra que las cordilleras ya estaban levantadas, que tenían una altura de al menos 3.000 metros sobre el nivel del mar, y que había unas condiciones climáticas para que esas plantas se establecieran”, afirma.

Los rastros fósiles de plantas de páramo en la Amazonia demostraban otra cosa: que existían unos ríos y unos cuerpos de agua lo suficientemente conectados, que permitían que las trazas de polen llegaran desde lo alto de la montaña hasta las llanuras de la Amazonia.

La investigadora Carina Hoorn durante su trabajo de campo en la Amazonia peruana.  Cortesía Carina Horn.



La investigación también permitió confirmar que, en la mitad de la Amazonia, en la zona baja del río Apaporis, vivieron manglares y moluscos, propios de ecosistemas salobres, durante decenas de miles de años. En otras palabras, “las incursiones de aguas marinas alcanzaron a llegar hasta donde se encuentra Caquetá en la actualidad”, asegura Bogotá. Pero ¿por qué estudiar un sistema que existió hace millones de años y que ya no existe?

Hoorn, autora principal del artículo, lo explica así: “Este sistema tuvo un papel fundamental para la evolución de organismos. Funcionó como una especie de cuna de especiación en donde se fomentó la diversidad de organismos acuáticos mientras estaba en su fase máxima de extensión, y permitió conectar fauna y flora terrestres, para las que había sido antes barrera, cuando llegaban las sequías”.

González coincide. “La genética de las especies amazónicas, de flora y fauna, tiene impreso su paso por este sistema”, dice. “Que confluya la biota de las tierras altas con los ecosistemas de tierras bajas en la selva y los ecosistemas costeros es un caldo de cultivo para lo que hoy conocemos: la gran riqueza que está presente en la cuenca amazónica”, agrega Bogotá. “La Amazonia que conocemos hoy es el resultado de millones de años de historia”, aseguran.

Los depósitos del humedal amazónico del Mioceno también proporcionaron un sustrato diverso y a menudo rico en nutrientes en la Amazonia. Los bosques que se encuentran allí son más diversos, fértiles y productivos que los que están en otro tipo de suelo.

Entre las últimas semanas de enero y las primeras de febrero, académicos, investigadores y organizaciones ambientales alertaron que los fuegos que consumían nuestra selva amenazaban con romper la conectividad entre dos puntos de biodiversidad vitales: los Andes y la Amazonia. “Las actividades humanas están interrumpiendo ese paso que por millones de años ha estado conectado. Por lo menos desde hace quince millones de años ha habido una conexión activa de ríos, material genético y poblaciones. Y ahora nosotros nos estamos dando el lujo de interrumpir ese puente fundamental”, insiste González.

En palabras de Giovanni Bogotá, fragmentar esas matrices de esos ecosistemas hace que se pierdan las interrelaciones naturales que se han dado a lo largo del tiempo entre esos diferentes ambientes. “Al perderse, es posible que el funcionamiento de esos sistemas también se venga a pique y no podamos llegar a saber en qué magnitud esas pérdidas puedan llevarnos también a nosotros”.

 

Referencias:

Daniela Quintero Díaz. ¿Rastros de páramos en la Amazonia de hace 15 millones de años?. Fuente: El Espectador 05.03.2022. (https://www.elespectador.com/ambiente/blog-el-rio/rastros-de-paramos-en-la-amazonia-de-hace-15-millones-de-anos/?fbclid=IwAR39zA8s_qegsnxr4LiO6nmLK_UNwF4CAvwFPX_Mubf0IUhHI7HlGFi6lyI)  [Última consulta 15.06.2022].

 

Para más información por favor consulte: Hoorn, C., Kukla, T., Bogotá-Angel, G., van Soelen, E., González-Arango, C., Wesselingh, F. P., Vonhof, H., Val, P., Morcote-Rios, G., Roddaz, M., Dantas, E. L., Santos, R. V., Sinninghe Damsté, J. S., Kim, J.-H., & Morley, R. J. (2022). Cyclic sediment deposition by orbital forcing in the Miocene wetland of western Amazonia? New insights from a multidisciplinary approach. Global and Planetary Change, 210, 103717. https://doi.org/https://doi.org/10.1016/j.gloplacha.2021.103717  

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