A propósito del primer registro de reptiles voladores en Colombia
compartimos un par de artículos de los periódicos El Espectador y el Tiempo
sobre esta importante noticia para la Paleontología colombiana.
Colombia tuvo reptiles voladores hace 135 millones de años
Un reciente
descubrimiento del paleontólogo colombiano Edwin Cadena, confirmó que en
Colombia existieron reptiles alados hace millones de años.
Sebastian Ganso pixabay |
Hace 135 millones de años, los cielos de Colombia eran navegados
por reptiles alados. Así lo confirma un hallazgo del paleontólogo Edwin Cadena,
quien descubrió los primeros fósiles de un pterosaurio en el país.
El
descubrimiento tuvo lugar en Zapatoca, Santander, un lugar al que el
investigador se refiere como “un mar de fósiles”. Allí, el paleontólogo e
investigador de la Universidad del Rosario encontró entre los restos fósiles,
partes de una mandíbula y de algunas extremidades de un reptil volador.
“Los
pterosaurios fueron los primeros vertebrados en volar. Lo lograron varios
millones de años antes que las aves o murciélagos actuales, surcando los cielos
del tiempo de los dinosaurios”, explicó Cadena.
Aunque en
Suramérica se han encontrado otros restos fósiles de reptiles voladores el
investigador resaltó que “nunca se había descubierto este grupo de reptiles
voladores fósiles en el país”. “Por décadas paleontólogos colombianos habían
intentado encontrar los primeros fósiles de este extinto grupo de voladores en
nuestro país y su perseverancia tuvo finalmente recompensa”, agregó.
La investigación
fue publicada en la revista Cretaceous Research, en cooperación con científicos
británicos de las universidades de Leicester y Portsmouth. Este descubrimiento
es una contribución al conocimiento de la paleobiodiversidad del país y una
muestra de que aún hay mucho por explorar y conocer en el campo de la
Paleontología en Colombia.
Colombia tuvo reptiles voladores hace 135 millones de años. Fuente: El Espectador 07.07.2020 (https://www.elespectador.com/ciencia/colombia-tuvo-reptiles-voladores-hace-135-millones-de-anos-article/) [Última
consulta 07.07.2020].
Así
encontraron el primer pterosaurio en Colombia
El paleontólogo Edwin Cadena descubrió, en Zapatoca
(Santander), los fósiles de un reptil alado.
Hace 150 millones de años, cuando la tierra era dominada
por los imponentes dinosaurios, los cielos tenían un solo dueño alado. Eran los
pterosaurios, los primeros vertebrados voladores.
Aunque no son del mismo grupo que los dinosaurios (por
razones que serán explicadas más adelante), su imagen es habitual entre las
reconstrucciones de escenarios prehistóricos en museos, libros y películas.
Los pterosaurios, que podían alcanzar los 8 metros de
largo y, sin embargo, pesar tan solo 250 kilogramos, son para los científicos
seres tan fascinantes como esquivos. Sus registros fósiles, pertenecientes a la
era Mesozoica, son supremamente apetecidos por los paleontólogos, quienes los
buscan para desentrañar la evolución de animales como las aves.
El Reino Unido y China son dos de los países con más
registros fósiles de pterosaurios. En Latinoamérica, Brasil es el que cuenta
con el mayor número de fósiles de este grupo. Sin embargo, en otras naciones
como Colombia, en las que se han descubierto fósiles de animales prehistóricos,
los pterosaurios eran un sueño para los paleontólogos, hasta ahora.
Sección transversal de la mandíbula del pterosaurio, en la que se detalla su bajo grosor |
En los próximos días será publicado, en la revista
científica Cretaceous Research, un estudio que describe el registro del primer
pterosaurio en territorio colombiano, un hallazgo que hizo, en enero del 2017,
en el municipio de Zapatoca, Santander, el investigador de la Universidad del
Rosario Edwin Cadena.
Cadena estaba haciendo excavaciones en búsqueda de
fósiles de tortugas prehistóricas, su principal objeto de estudio, en un
yacimiento que conocía bien, pues en él ya había hecho importantes hallazgos
que ha publicado en revistas científicas.
Pero ese día de enero, Cadena encontró una pieza que no
pudo identificar porque no se parecía en nada a las estructuras morfológicas de
las tortugas u otro de los vertebrados fósiles encontrados antes en Zapatoca..
“Era un día bastante soleado y llevaba ya varias horas
caminando sin encontrar nada que me sorprendiera; sin embargo, en el camino de
regreso a casa se me ocurrió tomar un sendero unos pocos metros arriba del que
solía tomar y fue cuando avisté los fragmentos fósiles”, cuenta Cadena, quien
recolectó las piezas para estudiarlas en su laboratorio en la Universidad del
Rosario y descifrar a qué misterioso animal pertenecían aquellos huesos.
El
vuelo del pterosaurio
Viajar al pasado para identificar a estas criaturas no es
un trabajo fácil ni rápido: primero, se deben tomar tantos datos como sea
posible en campo. Se hacen mediciones, se toman fotos de la roca en las que
están los fósiles y se hacen análisis geoquímicos del terreno. Luego, los
investigadores llevan las muestras colectadas al laboratorio, donde, con
precisión quirúrgica y con sustancias químicas como ácidos, separan la roca de
los huesos.
En ese momento comienza el estudio detallado de los
fósiles, principalmente comparándolos con otros que ya se conocen para entender
a qué página del libro de la evolución pertenecen. Cadena pudo constatar que
entre las piezas había fragmentos del radio y de las falanges, así como una
porción de la mandíbula de un pterosaurio inédito en Colombia.
La mandíbula completa hallada por los científicos en Zapatoca |
De acuerdo con el científico, esta última pieza óseas es
clave, pues con ella los paleontólogos pueden conocer datos como su tamaño o el
tipo de dientes que tenía.
“Establecimos la identidad del pterosaurio gracias a unas
fracturas naturales que tenía el hueso y que nos permitieron ver su parte
interna. Notamos que los huesos tenían unos espacios huecos, una característica
que se conoce como neumaticidad ósea y que fue una adaptación de estos reptiles
voladores para alivianar su peso y poder emprender el vuelo”, explica Cadena.
Posteriormente, el investigador comparó las piezas con
otras descritas en la literatura científica y con especímenes más completos
para intentar descifrar a qué especie o, por lo menos, a qué familia taxonómica
pertenecía. Pudo establecer que el pterosaurio hallado pertenece a la
superfamilia de los ornithoqueiroideos.
Cadena contactó a los paleontólogos británicos David
Unwin y David Martill (coautores del artículo que será publicado).
“Empezamos a intercambiar información y definimos que
aunque no teníamos todo el esqueleto era un hallazgo sin precedentes por su
edad de 135 millones de años de antigüedad, mucho más viejo que los
pterosaurios de Brasil”, dice Cadena.
“Aunque son fragmentarios, los nuevos fósiles
descubiertos por Edwin son muy significativos. Los pterosaurios, los reptiles
voladores de la era Mesozoica, son extremadamente raros. Sus huesos son muy
delicados y solo se conservan en circunstancias excepcionales. Hay un par de
localidades en Brasil y una en Argentina que han arrojado algunos especímenes
espectaculares, pero muchos de los ejemplares de Brasil probablemente fueron
destruidos en el incendio del museo de Río, en 2018", indica Martill.
Según el científico, no se habían encontrado pterosaurios
en Colombia o países como Ecuador o Surinam.
"Solamente contábamos con uno o dos de Chile,
Venezuela y Perú..., así que puedes ver que son increíblemente raros”, añade.
Y continúa: “El material de Edwin en realidad está bien
conservado, dado que es fragmentario y sugiere que puede haber más por descubrir.
Si hay más, el sitio podría resultar tan emocionante como los de Santana do
Cariri, en Brasil. Una cosa que hace que los fósiles sean muy importantes,
aunque sean fragmentarios, es que provienen de una parte del período Cretácico
llamada Valanginia, donde los pterosaurios de todo el mundo son casi
desconocidos. Entonces llenan un vacío en el registro fósil”.
Las pesquisas también llevaron a los científicos a
percatarse de que, en la década de los 50, el paleontólogo estadounidense Jason
Macgregor encontró en Cundinamarca una pieza ósea de un pterosaurio. No
obstante, el fósil fue llevado al museo de la Universidad de California en
Berkeley sin ser descrito. La pieza sigue allí.
Una
vida dedicada a los fósiles
Cadena asegura que su descubrimiento tiene un valor que
trasciende lo científico, pues fue hecho en su lugar de origen. “Yo nací en
Zapatoca y crecí viendo fósiles. Desde pequeño me aficioné por ellos, y esta
experiencia fue determinante para que decidiera convertirme en paleontólogo”,
cuenta.
De su infancia, Cadena recuerda cómo su interés por los
fósiles le costaba constantes llamados de atención de su mamá: “Me regañaba
porque decía que ya no había espacio en la casa para tantas rocas y que estas
lo llenaban todo de polvo”, recuerda.
Para perseguir su sueño, Cadena primero estudió geología
en la Universidad Industrial de Santander y, después de trabajar en el
Instituto Smithsonian en Panamá, se fue a hacer una maestría en paleontología
en la Universidad de la Florida y un doctorado en la misma disciplina en la
Universidad Estatal de Carolina del Norte.
Desde el 2018 es profesor de la Universidad del Rosario,
institución en la cual adelanta investigaciones en paleontología molecular.
Estudios que le permitieron volver a su tierra natal para ver a fondo esos
organismos extintos que le apasionan.
“Hace millones de años, Colombia estaba sumergida bajo el
mar, y Zapatoca, y todo Santander, eran como el Caribe, una zona de transición
entre mar y playa. Estos lugares eran escogidos por animales como tortugas y
cocodrilos para poner huevos y alimentarse, y por los grandes depredadores,
como los pterosaurios, para alimentarse de ellos”, dice.
“Eran criaturas fascinantes: no solo fueron los primeros
en conquistar el aire, sino que tienen una historia evolutiva particular, pues
mientras los más antiguos eran pequeños y tenían muchos dientes, a medida que
pasó el tiempo y se fueron dispersando por todo el planeta aumentaron su tamaño
y perdieron los dientes. Algunos desarrollaron crestas en el cráneo, otros,
unas espinas largas”, afirma Cadena.
Cadena agrega que si bien estaban cerca en la escala
evolutiva y compartieron el hábitat con dinosaurios, los pterosaurios eran un
grupo diferente. Las principales diferencias estaban en la mencionada baja
densidad ósea de los pterosaurios, en un orificio que estos tenían en la pelvis
y en una suerte de cresta en el húmero que tenían los dinosaurios, pero no los
reptiles voladores.
“Son seres icónicos y reconocidos. Muchos crecimos
viéndolos en libros, películas y dibujos animados. Hasta hay un pokemon
pterosaurio. Es emocionante haber logrado este hallazgo perseguido por décadas,
y pensar que nuestro pterosaurio será incluido en los libros de historia. Pero
lo que más me motiva es pensar que los niños se van a emocionar de saber que
estos animales volaron por nuestros cielos”, apunta.
Referencias:
Nicolás Bustamante Hernández. Así encontraron el primer pterosaurio en Colombia. Fuente: El Tiempo
08.07.2020 (https://www.eltiempo.com/vida/ciencia/fosil-de-primer-pterosaurio-en-colombia-fue-hallado-en-santander-515020?fbclid=IwAR3WLeVm1B4J7A2jrAzA8gciS6_ZvWY6n_JMawryulIKnC1Vof5ZX5J1D7I)
[Última consulta 08.07.2020].
Para más información por favor consulte: Cadena, E.-A.,
et al. (2020). "Lower
Cretaceous pterosaurs from Colombia." Cretaceous
Research: 104526.
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