Un biólogo y un paleontólogo hallaron en este municipio cercano a Bogotá los restos fosilizados de una mosca de mayo y de un escarabajo. Según los datos preliminares que serán publicados en la revista científica “Cretaceous Research”, serían los primeros fósiles de insectos del Cretácico encontrados en el país.
A comienzos de
2019, un grupo de paleobotánicos realizaba una salida de campo cerca de la mina
La Popa, en la zona rural del municipio de La Calera (Cundinamarca). Buscaban,
principalmente, fósiles de hojas. Cerca de este lugar, al costado de una
pequeña montaña, se encontraba expuesto un largo muro de roca que, a medida que
se acercaba al suelo, exhibía unas líneas diagonales que se diferenciaban por
mucho del resto del paisaje dominado por piedra caliza.
Estas características, posiblemente desatendidas por un visitante
promedio, llamaron la atención de los científicos. “Siempre que vemos una roca
con este tipo de laminación, nosotros abrimos los ojos así grandes y decimos:
‘Hay que empezar a abrir, a buscar, porque tiene el potencial de tener hojas, restos
de peces, restos de insectos’”, explica Edwin Cadena, paleóntologo de la
Universidad del Rosario.
Y así fue. Luego
de extraer varios pedazos de roca dieron con dos fragmentos en los que
encontraron dos “bichitos bastante extraños”, como los define Andrés Alfonso,
biólogo y estudiante de la maestría de ciencias naturales en la Universidad del
Rosario. Esos bichitos, explican Cadena y Alfonso, representan los primeros dos
insectos fosilizados hallados en Colombia que vivieron en el período geológico
del Cretácico, hace más o menos 100 millones de años.
Pero para llegar
a esa conclusión los dos investigadores primero tuvieron que trasladar los
fósiles a un laboratorio. Allí estabilizaron las rocas aplicándoles un tipo de
Paraloid que, como explica Cadena, es una resina acrílica que “penetra
cualquier fractura e impide que se siga resquebrajando”. Luego analizaron las
muestras a la luz de un estereomicroscopio, un tipo de microscopio que les
permitió tener una visión tridimensional de los insectos.
Gracias a las
fotos de alta resolución que lograron con estos instrumentos, empezaron la fase
de descripción. Basándose en los segmentos del cuerpo, en el número de patas,
en si tenían o no antenas y en otras características físicas, así como en la
comparación con otros insectos descritos anteriormente por la ciencia, los
investigadores concluyeron que ante sí tenían un fósil de efemróptero y otro
más de coleóptero. En otras palabras, de una mosca de mayo de no más de 12
milímetros y de un escarabajo de aproximadamente medio centímetro.
Para determinar
la edad, Alfonso y Cadena usaron el contexto geológico, es decir, la
información que la laminación de las rocas les ofrecía. “Encima de los estratos
blandos, en donde encontramos los fósiles, había unas capas de caliza y en
estas encontramos amonites, que son moluscos. En realidad son los amonites los
que nos indican la edad. Ahí es donde ya podemos saber que, como están debajo
de esos moluscos, deben tener aproximadamente 100 millones de años”, explica el
paleontólogo. Los resultados de su investigación serán publicados como
comunicación corta en la revista científica Cretaceous Research.
Unos insectos poco conocidos
Hasta el
momento, en el país se contaba con escasos reportes sobre insectos del
Cretácico. Se sabe más, por ejemplo, de los dinosaurios, grandes reptiles
marinos, peces, tortugas y crustáceos que habitaron hace 100 millones de años
en lo que hoy llamamos Colombia. Por eso, Alfonso y Cadena se refieren a este
período como “una ventana de desconocimiento”.
“Normalmente,
cuando uno habla del Cretácico en Colombia, uno se imagina todo un mar. Siempre
uno relaciona el mar, los vertebrados de Villa de Leyva y los depósitos de
Zapatoca, en Santander, que son netamente marinos”, apunta Cadena. Pero según
lo que encontraron ambos investigadores, hacia el norte de Suramérica, hace
millones de años, también surgían otros ecosistemas, como los de agua dulce.
Para empezar,
señalan, actualmente las moscas de mayo nacen y se desarrollan en agua dulce.
“Eso, combinado a la evidencia que tenemos con la forma de las rocas, donde
sabemos que se dieron en ambientes de baja energía y tranquilos, nos permite
establecer que durante esos eventos marinos hubo momentos en los cuales los
ecosistemas cambiaron y afloraron los ecosistemas de agua dulce”. Lagos, como
el que se encuentra muy cerca de donde encontraron los fósiles.
“La presencia de
estos insectos nos ayuda a imaginarnos cómo era el ciclo alimentario. Estos
insectos, como la larva de la mosca, suelen ser detritívoros, es decir, que se
alimentan de material vegetal y algas en descomposición, pero son la base de la
alimentación de muchos otros animales como los peces”, complementa Alfonso.
Si bien Cadena y Alfonso celebran el descubrimiento, explican que aún falta mucha investigación en la zona, pues de los 80 metros disponibles para excavación, ellos solo exploraron dos. “Esto abre la posibilidad de mostrar el potencial que tiene un lugar no muy lejos de Bogotá para entender cómo fue el norte de Surámerica durante un período que no conocemos”, comenta Cadena.
Referencias:
César Giraldo Zuluaga. Fósiles de insectos de hace 100 millones de años descubiertos en
La Calera. Fuente: El Espectador 25.01.2022.
(https://www.elespectador.com/ciencia/fosiles-de-insectos-de-hace-100-millones-de-anos-descubiertos-en-la-calera/?fbclid=IwAR2bP-xLdeKGfIHmok_M-UfTHPYHr1yj_1uInJLrI4ZaXHj1J3g5KH6i-Q8)
[Última consulta 26.01.2022].
Para más información por favor consulte: Alfonso-Rojas,
A.F., Cadena, E-A. (2022). The
first benthic insects (Ephemeroptera and Coleoptera) from the Upper Cretaceous
of Colombia. Cretaceous Research. 132. https://doi.org/10.1016/j.cretres.2021.105116
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