En el desierto de la Tatacoa (Huila) paleontólogos encontraron los fósiles de la “Stupendemys geographica”, una especie de tortuga gigante que vivió hace unos 13 millones de años. Se trata de una nueva pieza que ayuda a comprender mejor el rompecabezas de la biodiversidad pasada de Colombia.
Fósil de tortuga “Stupendemys geographica", hallado en el desierto de la Tatacoa, Huila. |
Hace cerca de dos décadas Edwin Cadena encontró el fósil de una tortuga en el municipio de Zapatoca, en Santander. Cuenta que, aunque ya había decidido que quería entender el mundo a través de los restos de animales que vivieron hace millones de años, muy poco sabía de esos reptiles con caparazón. Sus colegas paleontólogos tampoco habían mostrado mucho interés por estudiar los que habitaron el norte de Suramérica. “Pero, dice, empecé a fascinarme en ese momento en Zapatoca cuando encontré esa concha de un animal que vivió hace 135 millones de años”.
La especie la bautizó Notoemys zapatocaensis y resultó ser el registro más antiguo de una
tortuga en esta porción de continente. Desde entonces, Cadena, geólogo de la
Universidad Industrial de Santander y PhD en paleontología de la Universidad
Estatal de Carolina del Norte (Estados Unidos), ha dedicado sus últimos años a
buscar más pistas de las tortugas que alguna vez vivieron en lo que hoy
conocemos como Colombia.
La última la encontró en el desierto de la
Tatacoa, en Huila. Su hallazgo, que acaba de ser publicado en la revista de
acceso abierto Heliyon (que forma parte de la “familia” de revistas de Cell
Press), es una pieza más para comprender la que es, hasta el momento, la tortuga
más grande de agua dulce conocida en el planeta: la Stupendemys geographica
Edwin Cadena durante la excavación en el desierto de la Tatacoa |
Sobre este espécimen ya se sabían algunas cosas. Hace justo un año, Cadena, junto con otro equipo de científicos, había descrito el caparazón más grande de una tortuga de agua dulce que se ha encontrado. También pertenecía a la Stupendemys geographica y fue hallado en Urumaco, un pueblo al norte de Venezuela. Aunque los primeros fósiles de esta especie fueron descritos en 1976, lo cierto, afirma Cadena, es que hasta ese instante los paleontólogos no sabían casi nada sobre ella. Había una larga lista de enigmas por resolver.
Una de las
incógnitas tenía que ver con la manera en que crecía esta especie gigante que
vivía, entonces, en un paisaje muy diferente de lo que hoy es Colombia: las
cordilleras apenas se estaban formando y los ríos Magdalena y Cauca aún no
atravesaban cientos de kilómetros de tierra. En vez de eso, había un complejo
sistema de ríos y humedales más parecido a los Llanos Orientales. Lo llamaron
“Pebas” y se extendía desde Huila hasta buena parte de Venezuela, Brasil y
Perú.
.
Tras estar poco
más de tres días bajo el inclemente sol huilense, trasladaron el fósil en un
tractor al Museo de Historia Natural la Tatacoa, que resguarda Andrés Felipe
Vanegas, otro de los autores del artículo publicado en Heliyon. Después vino
otra etapa difícil: armar el caparazón de la tortuga que, entonces, parecía más
un complejo rompecabezas.
“Lo valioso esta
vez es que el fósil que encontramos pertenece a un ejemplar juvenil, porque
hasta el momento solo teníamos pistas de individuos adultos. Esto es
importante, porque nos ayuda a entender cómo era ese proceso de crecimiento”,
cuenta Cadena, también profesor del programa en Ciencias del Sistema Tierra de
la Universidad del Rosario. “Además, es la primera vez que encontramos tanto el
caparazón como el cráneo de la Stupendemys
geographica”.
Hay otro punto
que también es importante en esta publicación. En ella sus autores demuestran
que durante el Mioceno, el nombre oficial de aquella época remota, hubo otra
especie gigante de tortuga que compartió el mismo ecosistema: la Caninemys tridentata. Es posible que una
de ellas viviera en la base de ese extenso sistema de lagos que se extendía
hasta Venezuela y la otra habitara más en la superficie.
Es la primera vez que se encuentra tanto el caparazón como el cráneo de la "Stupendemys geographica". |
Pero, además de
ayudarnos a comprender cómo era este territorio hace millones de años, cuando
hubo una conexión entre Colombia, Brasil, Venezuela y Perú, en el que también
habitaron caimanes gigantes, para Cadena dar con estos fósiles en el desierto
de la Tatacoa representa otro par de hechos invaluables. El primero es que
ayuda a promover el turismo científico en Huila, un proceso que han impulsado
varios investigadores y en el que participan las comunidades.
El otro tiene
que ver con el gran momento que vive la paleontología colombiana. Como dice, si
hace unas décadas era una sorpresa publicar un descubrimiento cada 10 o 15 años
en el país, hoy todos los años se están haciendo anuncios fascinantes liderados
por científicos colombianos. Hace solo dos meses, por poner un ejemplo, el
mundo conoció el primer cangrejo de la época de los dinosaurios preservado en
ámbar. Los resultados, que aparecieron en Science Advances, se robaron varias
portadas de medios. Al frente estuvo Javier Luque, otro paleontólogo
colombiano.
Referencias:
Sergio Silva Numa. Hallan en Colombia nuevas pistas de las tortugas más grandes que hubo en la Tierra. Fuente: El Espectador 31.12.2021. (https://www.elespectador.com/ambiente/blog-el-rio/nueva-pista-en-colombia-sobre-las-tortugas-mas-grandes-que-habitaron-el-planeta/) [Última consulta 04.01.2021].
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