Explican las migraciones
desiguales entre los mamíferos de América
Juan Carrillo estudió el ‘gran intercambio biótico’, cuando
animales cruzaron el itsmo de Panamá
La llama, uno de los mamíferos más emblemáticos de Suramérica,
principalmente de la región andina de Perú, Bolivia, Ecuador, Colombia, Chile y
Argentina, no es tan autóctona como comúnmente se piensa. De hecho, su origen
se encuentra a varios kilómetros de ahí, en territorio norteamericano.
Este es un hecho que los biólogos conocen bien gracias al estudio
del denominado Gran Intercambio Americano, un proceso que se caracterizó por
masivas migraciones de grandes mamíferos entre América del Norte y del Sur
cuando el Istmo de Panamá surgió en medio del océano como un puente que unió
estas dos masas de tierra.
Durante el Gran Intercambio, junto con la llama, llegaron al sur
desde el norte otros animales, como cusumbos, venados, tapires, ciervos, osos,
lobos, jaguares, pumas y caninos. Al mismo tiempo, desde el sur se desplazaron
hacia el norte especies propias de este hemisferio como los megaterios
(conocidos popularmente como perezosos gigantes), el gliptodonte (un ancestro
de gran tamaño de los armadillos actuales), zarigüeyas y micos.
Pero, contrario a lo que se podría pensar, este intercambio, que
ocurrió durante varios millones de años, no fue equitativo. El resultado final
fue que mientras una gran cantidad de especies colonizaron el sur, un número
considerablemente menor hizo lo propio en el sentido opuesto.
La desproporción es tal que, mientras en Suramérica el 45 por ciento
de las especies de mamíferos tiene ancestros del norte, en la mayor parte de
Norteamérica, solo el 10 por ciento de las especies tienen ancestros del sur.
Desde que este desequilibrio fue reconocido, hace más de 40 años,
los paleontólogos han tratado infructuosamente de descifrar las razones a
partir de los registros fósiles de las especies en ambos continentes. Y, ahora,
finalmente, la investigación de un colombiano podría tener una respuesta
satisfactoria.
Él es Juan David Carrillo, biólogo de la Universidad Nacional de
Colombia con una maestría y doctorado en paleontología de la Universidad de
Zúrich, en Suiza. Carrillo, quien está afiliado al Museo de Historia Natural de
París, y colaboradores, analizaron más de 20 mil registros fósiles de los últimos
23 millones de años, tanto en América del Norte como del Sur.
Carrillo clasificó los fósiles de acuerdo con su ubicación
geográfica y, usando métodos estadísticos, encontró que el desequilibrio
biótico durante el Gran Intercambio pudo tener su origen en un episodio de
extinción que tuvo lugar en las latitudes más australes, en la zona que hoy
conocemos como la Pampa y la Patagonia. Esta extinción habría llevado a que una
cantidad menor de animales pudiera desplazarse hacia el norte.
“Encontramos que, en el Plioceno, entre 5 y 2,5 millones de años,
ocurrió una alta extinción de mamíferos en Suramérica, que redujo la cantidad
de especies nativas y por lo tanto las que podían migrar hacia Norteamérica.
Esta extinción probablemente ocurrió en el sur del continente ya que la mayoría
de los fósiles provienen de latitudes altas, y no de los trópicos”, dice
Carrillo y agrega que la causa de esa extensión es aún desconocida.
Pensamos que pudo haber sido una combinación de factores, pues en
el sur del continente este periodo se caracterizó porque las temperaturas
empezaban a ser más bajas y el clima más seco, y el paisaje de pasto de las
pampas empezaba a extenderse, por lo que muchas especies pudieron no adaptarse
a estos cambios”, indica el científico.
“Es posible que los carnívoros que llegaron del norte fueran
depredadores más efectivos, contribuyendo a la extinción de animales
suramericanos”
Otro factor que pudo influir fue el hecho de que muchos de los
mamíferos depredadores originarios del norte, como los tigres dientes de sable
y los caninos, tenían cerebros más grandes y dientes carnívoros más
desarrollados, que les ayudaron a depredar especies suramericanas.
“Antes del intercambio, los depredadores en Suramérica eran
marsupiales, un grupo de animales que incluye las zarigüeyas, mientras que en
Norteamérica los animales carnívoros pertenecían al grupo de gatos, perros y
osos. Es posible que los carnívoros que llegaron del norte fueran depredadores
más efectivos, contribuyendo a la extinción de animales suramericanos”, asegura
Carrillo.
El paleontólogo, cuya investigación fue publicada recientemente en
la revista Proceeings of the National Academy of Sciences, agrega que otra
posibilidad es que los animales de Norteamérica hayan traído nuevos parásitos y
enfermedades.
De acuerdo con Carrillo, el siguiente paso de la investigación
será tratar de entender mejor las razones de la extinción, así como investigar
detalles de cómo ocurrió el intercambio, principalmente en los trópicos, de
dónde se conocen menos fósiles, pero hay una gran biodiversidad.
“Es importante seguir encontrando y describiendo los fósiles en
los países latinoamericanos, incluyendo a Colombia, porque es la única manera
de entender cómo estos eventos del pasado lejano influyeron en la biodiversidad
que vemos en el presente", apunta.
Referencias:
Nicolás Bustamante. Explican las
migraciones desiguales entre los mamíferos de América. Fuente: EL TIEMPO. 03.11.2020 (https://www.eltiempo.com/vida/ciencia/explican-las-migraciones-desiguales-entre-los-mamiferos-de-america-546326?cid=SOC_PRP_POS-MAR_ET_FACEBOOK&fbclid=IwAR1-PSHk5D1esqDpdopPyuZXuceO7MFUd-P7DNL8BJmvqMv9qrZ9ILqtzv0) [Última
consulta 03.11.2020].
Para más información por favor consulte: Carrillo, J. D.,
et al. (2020).
"Disproportionate extinction of South American mammals drove the asymmetry
of the Great American Biotic Interchange." Proceedings of the
National Academy of Sciences PNAS: 1-7.
Todas las imágenes y fotografías aquí publicadas son
propiedad de sus respectivos autores.
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