domingo, 29 de noviembre de 2015

Lycopsis padillai, un nuevo metaterio depredador del Mioceno de laGuajira


El año 2015 pasará a la historia de la paleontología colombiana como el año en el que se describió por primera vez un dinosaurio (Padillasaurus leivaensis) para nuestro país, pero aunque quizás ese sea el hallazgo más importante que se ha hecho este año, no es el único... también hemos visto como se ha descrito una nueva especie de “gusano marino” (Protopholoe colombiana) hallado en rocas del Cretácico superior;  también del Cretácico pero inferior se describió un nuevo ejemplar de ictiosaurio (Muiscasaurus catheti), reptil marino que convivió con otra especie también descrita este año y que probablemente sea la tortuga marina más antigua descrita hasta la fecha (Desmatochelys padillai), todos estos hallazgos provienen del departamento de Boyacá, pero a la par que se describían estas nuevas especies también se informaba del hallazgo de un mastodonte en el Huila y se seguían reportando más hallazgos de ese rico yacimiento ubicado en el norte de la península de la Guajira conocido como Castilletes, Cocodrilos, Gliptodontes, “Chiguiros”, astrapoterios junto a otra gran cantidad de animales están siendo estudiados por investigadores colombianos y extranjeros gracias a diversas instituciones como el instituto Smithsonian dirigidos por el paleontólogo colombiano Carlos Jaramillo.
Y es precisamente de ese yacimiento de donde proviene la última especie fósil descrita en nuestro país, se trata de un metaterio carnívoro bautizado como Lycopsis padillai , un mamífero emparentado con los marsupiales y que vivió durante el Mioceno en lo que hoy es la actual península de la Guajira.
Pero, ¿qué es un Metaterio?
Uno de los más famosos metaterios extintos es el tristemente célebre Thylacinus, un carnívoro marsupial originario de Australia que fue cazado hasta su total extinción. El último ejemplar murió en cautividad en un zoológico de Tasmania en 1936

Para comprender las particularidades generales que describen el grupo al que pertenece la nueva especie descrita en nuestro país, vamos a explicar que son los metaterios y cuales son las características que los definen y diferencian de otros mamíferos.
Los mamíferos se clasifican en 3 Clados que se diferencian entre sí por una serie de características de las cuales la más sobresaliente es la forma en que dan a luz y como se desarrollan sus crías; los Prototerios que incluyen el orden Monotremata, son mamíferos muy antiguos que aun conservan características reptilianas como la reproducción ovípara (son los únicos mamíferos cuyas hembras ponen huevos) y la presencia de cloaca, en este grupo encontramos al Ornitorrinco y al Equidna del continente australiano.
A diferencia de los Prototerios, los Metaterios y Euterios paren crías vivas; en los primeros se engloba el orden Marsupialia, formado por mamíferos cuyas crías tras el parto, permanecen sujetas a la madre para completar su desarrollo. Se aferran a las glándulas mamarias dentro de una bolsa abdominal, llamada marsupio, los animales más característicos de este grupo son los canguros, los koalas y los demonios de Tasmania. En los Euterios se agrupan todos los mamíferos placentarios, es decir aquellos en los que el desarrollo del feto se lleva a cabo dentro del útero materno, entre los que encontramos los  murciélagos, las ballenas y al ser humano entre muchos otros.
Otra de las características que permite diferenciar los metaterios fósiles de los euterios son la forma, número y disposición de sus dientes.
Los metaterios ocuparon el hábitat ecológico correspondiente a pequeños herbívoros y carnívoros de mediano y gran tamaño, uno de estos grupos de carnívoros especializados fueron los Sparassodonta,  metaterios exclusivos de América del Sur estrechamente relacionados con los marsupiales.
Los Esparasodontes

Thylacosmilus atrox, uno de los esparasodontes más grandes que habitó América del Sur, con sus característicos colmillos en forma de sable de 15 cm de longitud.

Como lo mencionábamos anteriormente, los esparasodontes fueron mamíferos metaterios que  se especializaron en una dieta carnívora que agrupaba especies omnívoras, carroñeras, trituradoras de huesos y depredadoras que alcanzaron diversos tamaños corporales, desde formas parecidas a las Zarigüeyas de 1-2 kilogramo de peso, hasta el espectacular Thylacosmilus, del tamaño de un puma actual y que desarrolló un par de largos caninos de 15 cm de longitud que le daban un aspecto muy similar al famoso placentario Smilodon, conocido comúnmente como “tigre dientes de sable”, pero que salvo esta similitud hay que remarcar que ambas especies no estaban emparentadas, siendo este uno de los mejores ejemplos que podemos encontrar de evolución convergente.
Los esparasodontes se beneficiaron del aislamiento en el que vivió Suramérica durante gran parte del Cenozoico, compartiendo el status de depredadores junto  a otras especies como las aves del terror, los gigantescos cocodrilos terrestres y serpientes gigantes.
El registro fósil de los esparasodontes puede rastrearse desde el Paleoceno temprano hasta el Plioceno medio, en un periodo que abarca cerca de 55 millones de años, la mayor cantidad de fósiles de esparasodontes han sido hallados en depósitos de la Argentina, aunque también han sido hallados en Brasil, Bolivia, Chile y Colombia, lo que demuestra su amplia distribución geográfica. Dentro del complejo Orden Sparassodonta se han llevado a cabo recientes revisiones que reconocen seis familias: Mayulestidae, Hathliacynidae, Hondadelphidae, Proborhyaenidae, Borhyaenidae (que incluyen las subfamilias Borhyaeninae y Prothylacyninae) y Thylacosmilidae.
En nuestro país se han descrito varias especies de esparasodontes, todos hasta ahora provenientes del Mioceno medio de la Fauna de La Venta: Hondadelphys fieldsi (Hondadelphidae), los Borhyaenoidea  (Prothylacyninae),  Dukecynus magnus y Lycopsis longirostrus, y el Thylacosmilidae Anachlysictis gracilis además de varios fragmentos indeterminados que posiblemente pertenezcan a las especies Arctodictis (Borhyaeninae), Cladosictis (Hathliacynidae) y Thylacosmilidae indeterminado. Ahora, a este grupo se suma el recién descrito Lycopsis padillai, descubierto en las rocas del Mioceno de la Guajira, lo que amplía el registro geográfico del Género
El Género Lycopsis

L. longirostrus  expuesto en el Museo Americano de Historia Natural en Nueva York

Lycopsis comprende un grupo de mamíferos carnívoros de tamaño similar al de un perro que presenta las características típicas de un animal de hábitos terrestres pero que gracias al estudio de su anatomía se puede deducir que conservaba los mecanismos suficientes para trepar a los árboles, habilidad que le permitiría huir del ataque de otros depredadores o cazar un tipo de presa que le permitiera competir con otros esparasodontes de mayor tamaño,  sus características indican que no estaba preparado para la velocidad, por lo que seguramente su estrategia de caza se basaba en emboscar a presas de pequeño tamaño.
El Género Lycopsis está integrado por 4 especies registradas desde el Mioceno inferior al Mioceno superior (Santacrucense a Chasiquense); las ya mencionadas L. longirostrus (de la que hablaremos más adelante) y L. padillai halladas en nuestro país y L. torresi y L. viverensis procedentes de  la Argentina.
Lycopsis padillai, una nueva especie en homenaje al Dr. Carlos Padilla

Maxilar parcial izquierdo de Lycopsis padillai con los molares M1 al M4, A) Vista lateral, B) Vista lingual, C) Vista oclusal. Modificado de Suárez, C.; Forasiepi, A. M.; Goin, F. J.; Jaramillo, C. (2015). «Insights into the Neotropics prior to the Great American Biotic Interchange: new evidence of mammalian predators from the Miocene of Northern Colombia».  Página 5.

Este nuevo esparasodonte de tamaño medio, fue descubierto en el segmento medio de la Formación Castilletes, alta Guajira, cuyas rocas han sido datadas en 15,3 millones de años, lo que lo ubica en la edad Colloncurense, siendo más antiguo que L. longirostrus.
Se ha identificado gracias al hallazgo de un maxilar parcial izquierdo que incluye los molares M1 al M4, el hueso cigomático y parte del hueso lacrimal. Se estima que tenía una masa corporal de 22 kilogramos, lo que le da una talla muy similar a la calculada para la especie tipo del Género, L. torresi , especie con la cual se considera estaba estrechamente relacionada.
El hallazgo de L. padillai en la Guajira, no solo amplía la distribución geográfica del grupo, sino que constituye el hallazgo situado más al norte para los esparasodontes en general, un claro indicador del éxito que tuvieron los carnívoros metaterios durante el cenozoico en América del Sur hasta su declive y total extinción hacia finales del Plioceno.

Distribución geográfica de las especies de Lycopsis halladas en América del Sur, 1) L. longirostrus , 2) L. viverensis, 3) L. padillai y 4) L. torresi. Modificado de Suárez, C.; Forasiepi, A. M.; Goin, F. J.; Jaramillo, C. (2015). «Insights into the Neotropics prior to the Great American Biotic Interchange: new evidence of mammalian predators from the Miocene of Northern Colombia».  Página 7.

Hasta hace relativamente poco tiempo los investigadores pensaban que la extinción de los esparasodontes estuvo determinada por la competencia a la que se vieron sometidos cuando arribaron procedentes del norte, los grandes depredadores placentarios durante el Gran Intercambio Americano causado por el levantamiento del istmo de Panamá, pero estudios posteriores han demostrado que los esparasodontes ya habían desaparecido cuando grupos de depredadores invasores como los cánidos, mustélidos, úrsidos y felinos llegaron a Suramérica. El declive de los esparasodontes parece deberse más a factores ambientales como cambios climáticos y geológicos que a una competencia ecológica entre metaterios y euterios.
La presencia de los depredadores euterios en América del Sur debe tomarse más como un fenómeno de reemplazo oportunista ecológico, donde los carnívoros placentarios ocuparon los ecosistemas  que habían dejado vacantes los ya extintos esparasodontes. 



Comentario final:



Hasta no hace mucho tiempo, los estudios relacionados con la Paleontología de nuestro país eran realizados casi exclusivamente por científicos e instituciones extranjeras,  un tipo de colaboración que nadie duda es necesaria para el enriquecimiento de los estudios realizados, pero afortunadamente en la última década esta tendencia ha cambiado y gracias al camino emprendido por muchos científicos colombianos  en el pasado, a día de hoy podemos decir con orgullo que todas las publicaciones donde se describen nuevas especies fósiles en nuestro país cuentan con la participación de investigadores nacionales, ya sea en la preparación y custodia de las piezas como es el caso de los técnicos del C.I.P o como co-autores de los artículos científicos.
En  este artículo en particular queremos felicitar a la investigadora colombiana Catalina Suarez, Geóloga colombiana que actualmente cursa su Doctorado en Paleontología en la Universidad Nacional de La Plata, Argentina , por ser la autora principal de la publicación donde se describe el nuevo esparasodonte Lycopsis padillai y a quien agradecemos la gentileza que siempre ha tenido con este espacio.

Referencias:
Kay, R. y Madden, R. 1997. Vertebrate Paleontology in the Neotropics: The Miocene Fauna of La Venta, Colombia. Smithsonian Institution Press. 155-170  pp. 188 - 189
Goin, F.J., Woodburne, M.O., Zimicz, A.N., Martin, G.M., Chornogubsky, L. 20015 . A Brief History of South American Metatherians. Springer Earth Sciences. pp 166 - 168
Suárez, C.; Forasiepi, A. M.; Goin, F. J.; Jaramillo, C. (2015). «Insights into the Neotropics prior to the Great American Biotic Interchange: new evidence of mammalian predators from the Miocene of Northern Colombia». Journal of Vertebrate Paleontology.
Forasiepi, A. M. «Evolución de los Sparassodonta (Mammalia, Metatheria) en América del sur». Departamento de Paleontología. Museo de Historia Natural de San Rafael. CRICyT-COCINET
Francisco J. Prevosti , Analía Forasiepi, Natalia Zimicz. «The Evolution of the cenozoic Terrestrial Mammalian Predator Guild in South America: Competition or Replacement? ». Journal of Mammalian Evolution. March 2013, Volume 20, Issue 1, pp 3-21
Stephen Wroe, Christine Argot and Christopher Dickman. On the rarity of big fierce carnivores and primacy of isolation and area: tracking large mammalian carnivore diversity on two isolated continents. Proc. R. Soc. Lond. B (2004) 271.
A. M. Forasiepi, F. J. Goin, and V. Martino. 2003. Una nueva especie de Lycopsis (Metatheria, Prothylacyninae) de la Formación Arroyo Chasicó (Mioceno Tardío) de la provincia de Buenos Aires. Ameghiniana 40(2):249-253
Marshall, L. G. 1977c. A new species of Lycopsis (Borhyaenidae, Marsupialia) from the La Venta fauna (late Miocene) of Colombia, South America. Journal of Paleontology 51:633–642.
Marshall, L. Evolution of the Borhyaenidae, extinct South American predaceous marsupials. Berkeley: University of California Press, 1978.
Argot, C. (2004). «Functional-adaptive analysis of the postcranial skeleton of a Laventan borhyaenoid, Lycopsis longirostris (Marsupialia, Mammalia)». Journal of Vertebrate Paleontology 24 (3): 689–708.
Argot, C. (2004a). Evolution of South American mammalian predators (Borhyaenoidea): anatomical & palaeobiological implications, Zoological Journal of the Linnean Society, Vol 140, Issue 4 April 487-521
Wikipedia
Reproducción de Thylacosmilus atrox sacada del sitio DeviantArt (http://teratophoneus.deviantart.com/art/Thylacosmilus-atrox-405316839)

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