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En este
Post vamos a dar a conocer a nuestros lectores los hallazgos de Megafauna que
se han realizado en inmediaciones del embalse del Guájaro, especialmente en el
corregimiento La Peña, Municipio de Sabanalarga, una zona que ha demostrado que
posee un rico patrimonio paleontológico que debe ser monitoreado y protegido,
es de destacar la labor del profesor Luis Arjona y otros educadores de la zona
que mediante proyectos de iniciativa propia y con la colaboración de su
alumnado y pobladores de la región, se han encargado de preservar y cuidar
estos hallazgos.
Tras los fósiles del Guájaro
Con
las uñas y a pico y pala, un grupo de profesores y estudiantes del colegio
Bachillerato Técnico del corregimiento La Peña, en Sabanalarga (Atlántico),
trabaja desde hace más de tres años en lo que podría ser el gran descubrimiento
paleontológico y arqueológico de los últimos tiempo en el Caribe colombiano
La
región del embalse del Guájaro, al sur del departamento del Atlántico, es el
centro de operaciones de este grupo que encontró los fósiles que evidencian que
ahí, hace unos 10 mil años, habitaron grandes mamíferos prehistóricos.
Cuesta
creer que en estas tierras erosionadas alguna vez se albergó una frondosa
vegetación con flores y frutos gigantes que sirvió de alimento para recias
criaturas que fueron las dueñas de la laguna del Guájaro y sus alrededores.
La
historia la inició hace ocho años el investigador Benjamín Puche, quien
encontró el primer fósil en la región de La Peña. El hallazgo fue enviado al
centro de paleontología de la Universidad Nacional, que certificó que se
trataba de la parte de un cráneo de un Megaterio, un mamífero gigante semejante
a un perezoso, con más de 1 300,000 años.
La
noticia fue primera plana de los medios locales, pero luego se olvidó, hasta
hace cuatro años cuando Luis Arjona Polo, un joven profesor de sociales nacido
en Sabanalarga, que llegó al bachillerato de La Peña, decidió literalmente
desenterrar el pasado y encontró nuevos fósiles y toda una historia antropológica.
Los
estudiantes que viven en los alrededores del embalse me traían piezas
arqueológicas que encontraban a flor de tierra entre los cultivos de yuca y las
laderas de los cerros de la región, recuerda el profesor.
Motivado
por lo que sucedía conformó un grupo de estudio con los profesores Leonardo
Orozco, Jorge Berdugo y Eliécer Navarro para trabajar en un proyecto que
pretende demostrar que en la región cenagosa de La Peña vivieron especies
prehistóricas como el mastodonte y el megaterio, mamíferos extintos hace ocho
mil años.
Para
impulsar el proyecto se creó en el Bachillerato Técnico la brigada de
investigación y creaciones científicas, integrada por unos 40 estudiantes de
grado 11, que provienen de familias de pescadores y campesinos, quienes han
crecido en medio de los huesos de los monstruos, como los suelen llamar.
EL
TIEMPO logró comunicarse vía Internet con Ricardo Pasquali, investigador del
departamento de Paleontología de Vertebrados del Museo de La Plata en Buenos
Aires (Argentina), quien confirmó luego de revisar las fotos y analizar las
características de la región, que los restos encontrados pertenecen
efectivamente a un mastodonte y un megaterio.
Pasquali
fue contactado por el profesor Leonardo Orozco al leer su página en Internet,
paleolatina.com.ar.
El
entregó algunas guías y envió videos, revistas, folletos, fotos y recortes
sobre cómo realizar los trabajos arqueológicos y paleontológicos en la zona.
Atardecer
en el embalse del Guájaro
|
El
material enviado desde Argentina les permite aplicar, de manera muy sencilla,
algunas técnicas utilizadas en la antropología y arqueología.
El
doctor Pasquali nos explica en los videos que nos envía desde Argentina cómo
hacer las excavaciones y de paso nosotros nos convertimos en multiplicadores y
les enseñamos a los estudiantes, manifestó Arjona.
A
lomo de mula Cada 15 días, los tres profesores y el grupo de estudiantes parten
en su expedición arqueológica, financiada por los padres de familia, hacia las
zonas de La Sierra, San Jacinto del Flecha y Las Mellizas, en las inmediaciones
del embalse del Guájaro, hasta donde llegan en caballo o mula.
Nos
las arreglamos, reunimos para el sancocho, hacemos rifas para recolectar para
la gasolina de las lanchas en las que atravesamos el embalse y para el alquiler
de mulas. Todo es con las uñas, pero este es un gran trabajo que algún día
alguien reconocerá, dijo Arjona.
Con
picos, palas y metros, que les han regalado modistas y amas de casa del pueblo,
trabajan en la recuperación y recolección de los restos de maxilares, muelas,
partes de fémur, espinas dorsales y hasta un gigantesco cráneo.
Los
fósiles caen al arroyo y terminan sepultados en el embalse del Guájaro, por eso
la preocupación del grupo en trabajar rápido y aprovechar el tiempo antes de
que se sigan perdiendo las piezas, explicó Arjona.
También
han encontrado piezas antropológicas como collares, vasijas fúnebres, figuras
amorfas, hachas y mecheros de piedra, únicos en la región, trabajados por
cultura indígena mocaná, que pobló la zona sur del Atlántico.
En
estos momentos los profesores solicitan la ayuda técnica de un paleontólogo y
un arqueólogo para que trabajen directamente con ellos, pues aseguran que
tienen detectada una zona donde está el esqueleto de un mastodonte.
Mientras
esperan más asistencia científica, profesores y estudiantes seguirán pidiendo
colaboración en el pueblo para poder recolectar para la gasolina de la lancha,
el sancocho del almuerzo de la expedición y arreglar las viejas palas y picos
que usan para viajar al pasado.
EN
UN VIEJO ESTANTE se encuentran acomodadas más de 60 piezas arqueológicas
encontradas por los profesores y estudiantes del Bachillerato Técnico de La
Peña en la región del Guájaro.
Referencia
Web
Leonardo Herrera
DelGhams . Tras los fósiles del Guájaro. Periódico El Tiempo. 16 de diciembre de
2002 (l http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1353371) [Última consulta 01.05.2014]
Otros
hallazgos:
Hemos
de mencionar que el investigador cordobés Benjamín Puche descubrió en 1994 un cráneo atribuido al perezoso gigante
megaterio.
Son
conocidos también los hallazgos de mastodonte en los afloramientos de las Gravas
del corregimiento de Rotinet, municipio de Repelón también en inmediaciones del
embalse del Guájaro y otros restos fósiles hallados en varias canteras cercanas,
entre la que destaca la cantera Barrera, donde se han hallado no solo restos de
mastodonte sino también de caballos, tortugas gigantes y perezosos, todos ellos
asociados a grandes trozos troncos fosilizados de hasta 1 m.
Si sumamos estos
hallazgos a los del Canal del Dique, Turbaná (Mastodonte de Cartagena), y Tubará
(Atlántico) podemos hacernos una idea de cómo eran los ecosistemas en la Costa
Caribe durante el pleistoceno.
Referencias bibliográficas
Angulo V. Carlos. 1988. Guájaro en la arqueología del norte de Colombia
Fundación
de Investigaciones Arqueológicas Nacionales, Banco de la República Bogotá, (pág.
20)
Referencia
Web
Villarroel A., C. & J. Clavijo. «Los
mamíferos fósiles y las edades de las sedimentitas continentales del Neógeno de
la Costa Caribe Colombiana». Rev. Acad. Colomb. Cienc. 29
(112): 345-356. 2005.
La
fotografías han sido sacadas del Blog “Proyectos ambientales y científicos de
La Peña” (http://funcinat77.blogspot.com.es/)
y la Fundación "Funcinat" (https://www.facebook.com/pages/Fundacion-funcinat/134430473264980) [Última consulta 02.05.2014]
Todas las imágenes y fotografías aquí publicadas son
propiedad de sus respectivos autores.
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