jueves, 9 de diciembre de 2021

Un crocodiliforme marino de gran tamaño en el Cretácico temprano de Colombia

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El hallazgo de un fósil en Villa de Leiva llevó inicialmente a los científicos del Centro de Investigaciones Paleontológicas (CIP) a pensar que podría tratarse de un dinosaurio con placas óseas en la espalda, similar a un estegosaurio. Sin embargo, estudios posteriores revelaron que se trataba del primer crocodiliforme teleosauroideo descubierto en Colombia, un reptil marino de casi 10 metros de largo que habitó hace aproximadamente 126 millones de años.

Este descubrimiento es significativo porque demuestra que los teleosauroideos sobrevivieron a la extinción del Jurásico-Cretácico, contradiciendo hipótesis previas. La presencia de este fósil en Colombia sugiere la existencia de una ruta marítima, conocida como el ‘Corredor Hispano’, que pudo haber permitido su supervivencia en América del Sur cuando otros crocodiliformes desaparecieron.

Además, el estudio de la estructura ósea confirmó su enorme tamaño, con una estimación conservadora de 9,6 metros de longitud.
 

A continuación la noticia publicada por el periódico El Tiempo

“Encontrar un dinosaurio parece ser el sueño de todo paleontólogo. Por eso, lo primero que cruzó por la mente de los científicos del Centro de Investigaciones Paleontológicas (CIP) de Villa de Leyva, en Boyacá, cuando empezaron a analizar los restos fósiles que parecían formar parte del dorso de un animal desconocido fue que este tenía unas placas en su espalda, a semejanza de un estegosaurio.

Los restos fósiles del teleosauroideo pueden visitarse en el Centro de Investigaciones Paleontológicas en Villa de Leyva.

 
Así lo recuerda Dirley Cortés, la autora principal del artículo que en 2019 dio a conocer el importante hallazgo, que si bien no fue un dinosaurio, sí fue el primer crocodiliforme teleosauroideo encontrado en Colombia. Un antepasado de los cocodrilos que habría habitado el planeta hace unos 126 millones de años y cuya descomunal medida de casi 10 metros lo hace uno de los más grandes conocidos hasta ahora.

“Yo estaba en la universidad y conocí por primera vez a un paleontólogo que hoy es mi supervisor en Canadá –el profesor Hans Larsson, director del Museo Redpath de la Universidad McGill–, con él tuvimos una discusión y me dijo que podía ser 75 por ciento cocodrilo y 25 por ciento dinosaurio. Por mucho tiempo creímos que era un dinosaurio porque tenía unas placas que son unos osteodermos, es como una extensión de la piel que se osifica y hoy en día se conoce que sirve para termorregulación, para liberar calor, y también como defensa”.

Pero las placas del fósil de Villa de Leyva tenían unas pequeñas perforaciones que permitieron identificar finalmente a este animal como un cocodrilo prehistórico del tipo teleosauroideo, una rama de los reptiles crocodiliformes ancestrales que se caracterizaban por ser acorazados con hocicos largos, similares a los gaviales actuales, y que vivían en ecosistemas marinos y de agua dulce. 

Sobre estos animales se creía, debido a la falta de hallazgos fósiles más allá del Jurásico, que se habían extinguido antes del Cretácico. Un fósil de teleosauroideo descubierto en Túnez en 2016 ofrecía una posible prueba de que este no era el caso. Sin embargo, la edad del sedimento circundante aún no se ha podido determinar definitivamente. Una historia que el teleosauroideo colombiano llegó a cambiar.

“Este resultó ser el único cocodrilo que es teleosauroideo y que sobrevivió realmente a la extinción del Jurásico-Cretácico. Además, es uno de los más grandes conocidos hasta hoy”, explica la paleontóloga Cortés. En el caso del material de Colombia, la edad de las rocas en las que el fósil fue encontrado, y de amonitas asociadas a él, sí se encuentra dentro del Cretácico.

Comparación del tamaño teleosauroideo hallado en Villa de Leyva. Se estima que media 9,6 metros aproximadamente. Foto:Dirley Cortés

 Hallar en la Colombia actual este fósil, de un momento del Cretácico en el que muchas otras especies se habían extinguido, y el hecho de que sea el primer teleosauroideo blindado encontrado en la América del Sur actual, indica que pudo haber existido una ruta marítima disponible para la vida marina –conocido como el ‘Corredor Hispano’– que pudo haber permitido a los teleosauroideos de este lado del planeta sobrevivir cuando otros no lo consiguieron.

Algunos fósiles que encontramos en Colombia representan los vertebrados más grandes jamás encontrados

Además, el estudio de la estructura microscópica del hueso (osteohistología) proporcionó un acercamiento a la vida de esta criatura. El tamaño de los huesos descubiertos, así como la densidad de los vasos sanguíneos dentro de ellos, indica que este reptil era efectivamente una criatura enorme. Incluso, la estimación de 9,6 metros es conservadora, porque pueden haber existido vértebras más grandes que no se conservaron.

Este estudio, del que también hicieron parte Erin Maxwell, Mary Luz Parra Ruge, Pedro Patarroyo y Jeffrey Wilson, fue impulsado por el doctor Carlos Padilla, uno de los fundadores del CIP y responsable de la descripción del primer dinosaurio colombiano (Padillasaurus leivaensis), quien desafortunadamente, tras su muerte en 2013, no alcanzó a ver los resultados.

Tierra de gigantes

Sin embargo, este no es el primer animal gigantesco del que se tiene conocimiento en la historia del territorio que hoy conocemos como Colombia. En la historia de esta parte del planeta también se tiene referencia de la especie de serpiente más grande de la que haya registro hasta la fecha: la Titanoboa cerrejonensis, que habitó el Caribe colombiano hace unos 60 millones de años, mucho tiempo después de que el teleosauroideo hubiera pasado sus días nadando en las aguas que en el Cretácico bañaban el centro del país.

“Probablemente cuando la Titanoboa habitó los ecosistemas del norte de Suramérica ya teníamos fósiles de teleosauroideos, pero ambos animales expresan patrones interesantes en cuanto a sus tamaños corporales, los cocodrilos modernos no alcanzan esa dimensión (los más grandes son de unos 6 metros) y las serpientes actuales tampoco. Algunos fósiles que encontramos en Colombia representan los vertebrados más grandes jamás encontrados", explica Cortés.”.

Referencias:

Alejandra López. Colombia fue hogar de uno de los cocodrilos más grandes del mundo. Fuente: Agencia periódico El Tiempo 06.12.2021. (https://www.eltiempo.com/vida/ciencia/fosiles-colombia-fue-hogar-de-uno-de-los-cocodrilos-mas-grandes-637313) [Última consulta 12.02.2025].



Para más información por favor consulte: Dirley Cortés, Hans C.E. Larsson, Erin E. Maxwell, Mary Luz Parra Ruge, Pedro Patarroyo & Jeffrey A. Wilson (2019). An Early Cretaceous teleosauroid (Crocodylomorpha: Thalattosuchia) from Colombia. Ameghiniana 56: 365–379. http://dx.doi.org/10.5710/AMGH.26.09.2019.3269


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jueves, 25 de noviembre de 2021

Kyhytysuka, un nuevo ictiosaurio que habitó los mares hace 130 millones de años


En las rocas de la localidad de Villa de Leiva, en el departamento de Boyacá, se descubrió un fósil excepcional de ictiosaurio, un reptil marino que habitó el planeta hace 130 millones de años. El fósil, un cráneo de un metro de largo y con una dentición adaptada para grandes presas, pertenece a una nueva especie llamada Kyhytysuka sachicarum. Este hallazgo es significativo porque el Kyhytysuka podría ser uno de los ictiosaurios más grandes conocidos y representa una especie única con características inusuales.

El nombre Kyhytysuka, que significa "el que corta con algo afilado" en lengua muisca, debido a la habilidad del reptil para cazar y celebra la herencia cultural de la región.

Quiero aclarar que en un estudio de 2024 liderado por la paleontóloga María Páramo, se descarta que 𝘒𝘺𝘩𝘺𝘵𝘺𝘴𝘶𝘬𝘢 𝘴𝘢𝘤𝘩𝘪𝘤𝘢𝘳𝘶𝘮 sea una nueva especie y se vuelve a incluir en el género 𝘗𝘭𝘢𝘵𝘺𝑝𝘵𝘦𝘳𝘺𝘨𝘪𝘶𝘴.


A continuación la noticia publicada por El Tiempo

Así es el monstruo marino extinto recién descubierto en Villa de Leyva

Un cráneo de un metro de largo increíblemente conservado ha resultado ser uno de los últimos ictiosaurios supervivientes: animales antiguos parecidos inquietantemente a un pez espada moderno, pero que, no obstante esta similitud, hoy en día no tienen ningún referente con el que se puedan comparar.

Monstruos marinos que habitaron la Tierra en los tiempos en que los dinosaurios dominaban la superficie, una mezcla de reptil, mamífero y pez, cuyos ancestros habrían sido terrestres y, por alguna razón, regresaron al mar para especializarse tan bien en estas aguas que al nadar podían alcanzar velocidades de hasta 60 kilómetros por hora.

Los autores del descubrimiento de este nuevo reptil marino, que bautizaron Kyhytysuka sachicarum, pertenecen a un equipo internacional de investigadores de Colombia, Canadá y Alemania que decidieron revisar de nuevo la descripción que se había hecho en 1997 de este fósil, encontrado en los años 70 en la loma Pedro Luis, en Villa de Leyva, Boyacá.


El fósil fue encontrado en 1970 en la Loma Pedro Luis, en Villa de Leyva (Boyacá). Gracias a la revisión de los investigadores fue posible identificarlo como nueva especie. Foto:Dirley Cortés




Es, además, el primer ictiosaurio descrito en Colombia, si se tiene en cuenta que el primer fósil atribuido a uno de estos animales que se encontró en el país, una mandíbula inferior parcial con varios dientes descubierta en el municipio de Piedras (Tolima), fue identificado finalmente como mosasaurio en 1992. Un espécimen que se encontraba alojado en el Museo del Servicio Geológico Nacional en Bogotá, pero que lamentablemente parece haberse perdido.

Para la investigadora Dirley Cortés, estudiante de doctorado y quien estuvo al frente de este trabajo, bajo la supervisión de los profesores Hans Larsson, de la Universidad McGill de Canadá, y Carlos Jaramillo, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, el hallazgo, que se publicó esta semana en el Journal of Systematic Palaeontology, es una prueba más de la gran riqueza paleontológica que existe en Villa de Leyva, que incluye amonitas, peces, cangrejos, plantas y grandes vertebrados.

“Hay ictiosaurios, pliosaurus, plesiosaurios, tortugas y cocodrilos, entre otros, pero en Colombia se ha estudiado muy poco de la formación geológica ubicada en el centro del país y en general de casi todos los sitios importantes de paleontología”, explica la científica villaleyvana que encontró su amor por las rocas y los fósiles desde muy temprana edad en caminatas con sus tíos y abuelos en su pueblo natal, lo que la llevó a estudiar biología en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia, en Tunja, y a trabajar como guía en el Centro de Investigaciones Paleontológicas (CIP) en medio de su carrera.


Dirley Cortés trabajando con el cráneo de Kyhytysuka.Foto:Dirley Cortés



Actualmente, como parte de sus estudios de doctorado en la Universidad McGill, trabaja desde el Instituto Smithsonian en Panamá analizando material de Villa de Leyva en busca de más datos que ayuden a entender cómo funcionaban los ecosistemas marinos de hace 130 millones de años en el Cretácico, ese periodo geológico en el que los dinosaurios caminaban por la Tierra y los ictiosaurios nadaban en ese océano que era gran parte del territorio colombiano.

Existen grandes vacíos respecto al conocimiento que se tiene de los animales prehistóricos que habitaron Suramérica. Particularmente en el caso de los ictiosaurios, de acuerdo con la investigadora Cortés, los estudios se han limitado a entender las especies presentes en otros continentes. Actualmente en Colombia este panorama está cambiando gracias a los jóvenes investigadores locales interesados en redescubrir el patrimonio paleontológico del país.

Por eso, el Kyhytysuka, que antes se creía que era un Platypterygius sachicarum, ahora es una nueva especie. “Lo que hicimos fue reestudiar todo este material y nos dimos cuenta de que era extremadamente interesante y que cambiaba la historia de lo que conocemos de los últimos sobrevivientes de los ictiosaurios en el mundo”, señala la paleontóloga.
 
El regreso de los hipercarnívoros

“Este animal desarrolló una dentición única que le permitió comer presas grandes”, dice el profesor Larsson, que es también el director del Museo Redpath de la Universidad McGill. “Mientras que otros ictiosaurios tenían dientes pequeños de igual tamaño para alimentarse de presas pequeñas, esta nueva especie modificó el tamaño y el espaciamiento de sus dientes para construir un arsenal con el que desgarran presas grandes, como ocurre en peces de gran tamaño y otros reptiles marinos”.




Esta característica solo se conoce en animales que ocupan altos lugares en la cadena trófica: los hipercanívoros. Depredadores enormes que se creían extintos en Europa hace más de 250 millones de años, pero que reaparecieron en el territorio colombiano, convirtiendo a este animal en el primero de este tipo del Cretácico, la última etapa en la que vivieron.


“Ahora en Colombia encontramos este de hace 130 millones de años y nos cambia la historia de lo que conocemos de los ictiosaurios”, dice Cortés. Por eso el panorama general de la evolución de los ictiosaurios también se aclaró con esta nueva especie.

“Comparamos este animal con otros ictiosaurios de otros continentes del Jurásico y Cretácico y pudimos ver que los ictiosaurios de Colombia tienen características inusuales y distintivas en su cráneo”, dice la doctora Erin Maxwell, del Museo Estatal de Historia Natural de Stuttgart (egresada del laboratorio Larsson en McGill). “Esto sacude el árbol evolutivo de los ictiosaurios y nos permite probar nuevas ideas sobre cómo evolucionaron estos animales”.

“Esto sacude el árbol evolutivo de los ictiosaurios y nos permite probar nuevas ideas sobre cómo evolucionaron estos animales”


Según los investigadores, esta especie proviene de una importante época de transición en la que la Tierra estaba saliendo de un período relativamente frío, el nivel del mar estaba en aumento y el supercontinente Pangea se estaba dividiendo en masas de tierra del norte y del sur.

También hubo un evento de extinción global al final del Jurásico que cambió los ecosistemas tanto en la tierra como en el mar. “Muchos ecosistemas marinos clásicos del Jurásico de ictiosaurios que se alimentan de aguas profundas, plesiosaurios de cuello corto y cocodrilos adaptados al mar fueron sustituidos por nuevos linajes de plesiosaurios de cuello largo, tortugas marinas, grandes lagartos marinos, llamados mosasaurios, y ahora este gran ictiosaurio”, dice Cortés.

“Estamos descubriendo muchas especies nuevas en las rocas de las que proviene este nuevo ictiosaurio. Estamos probando la idea de que esta región y tiempo en Colombia fue un antiguo hotspot (punto caliente) de biodiversidad y estamos utilizando los fósiles para comprender mejor la evolución de los ecosistemas marinos durante este tiempo de transición”, agrega.
 
Herencia muisca


Los pozos azules de Villa de Leyva están en propiedad privada. Hay que pagar 10.000 pesos para entrar.
Foto:Andrea Moreno. El Tiempo



Kyhytysuka se traduce como ‘el que corta con algo afilado’ en lengua muisca, una elección hecha por los investigadores para honrar a esta antigua cultura que ha existido durante milenios en esta región colombiana y que representa la habilidad de este reptil marino para atrapar a su presa y cortarla con sus dientes.

Un aporte también para preservar este conocimiento ancestral a través de su uso en descripciones paleontológicas, a lo que se suma la intención de los investigadores por exaltar la importancia de Villa de Leyva para la ciencia.


Región en la que, además, los restos fósiles se conservan con un gran nivel de detalle y en tres dimensiones, algo que permite entender mejor la anatomía e historia de cómo fue la vida de estos animales prehistóricos.

Por ejemplo, en el caso del Kyhytysuka se logró recuperar incluso tejido conectivo, que les permitió a los investigadores entender que estos animales podían abrir su boca casi a 75 grados para engullir a sus presas, e identificar que durante su vida este animal había sufrido una infección en la mandíbula.

“En Colombia lo que estamos viendo es que las aguas del Cretácico tuvieron un rol ecológico demasiado importante, es como si las faunas que quedaron en la mitad encontraron en el mar de ese momento el punto perfecto para quedarse”, dice Cortés sobre la historia que posiblemente está capturada en las rocas del centro del país.

Así, los próximos pasos de estos paleontólogos se encaminarán a continuar explorando la riqueza de nuevos fósiles alojados en el Centro de Investigaciones Paleontológicas de Villa de Leyva.

“Es una oportunidad enorme para estudiar la riqueza paleontológica que tenemos en Colombia, aunque todavía falta mucho por hacer y redescubrir”, concluye la investigadora.

Referencias:

Alejandra López. Así es el monstruo marino extinto recién descubierto en Villa de Leyva. Fuente: El Tiempo 25.11.2021. (https://www.eltiempo.com/vida/ciencia/asi-es-el-nuevo-monstruo-marino-extinto-descubierto-en-villa-de-leyva-634878) [Última consulta 06.11.2024].

 


Para más información por favor consulte:

Cortés, D.; Maxwell, E.E.; Larsson, H.C.E. (2021). «Re-appearance of hypercarnivore ichthyosaurs in the Cretaceous with differentiated dentition: revision of 'Platypterygius' sachicarum (Reptilia:Ichthyosauria, Ophthalmosauridae) from Colombia». Journal of Systematic Palaeontology: 1-34. https://doi:10.1080/14772019.2021.1989507

Páramo-Fonseca, M. E., Benavides-Cabra, C. D., & Garavito-Camacho, R. A. (2024). A new species of Platypterygius (Ophthalmosauridae) from the lower Barremian of Colombia and assessment of the species composition of the genus. Earth Sciences Research Journal, 28(2), 103-126. https://doi.org/10.15446/esrj.v28n2.112332



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sábado, 20 de noviembre de 2021

Fragmentos mandibulares de un Gonfoterio (Notiomastodon platensis) hallados (y después robados) en el sur de Bogotá

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Estos son los restos óseos hallados en Bogotá. FOTO: Ana María Sánchez. CitytvEl hallazgo se hizo en el barrio Alcalá. Expertos analizarán y protegerán las piezas

En medio de la excavación de un pozo para reforzar una estructura en el barrio Alcalá, en el sur de Bogotá, tres obreros hicieron un hallazgo sin precedentes.

De las profundidades de la tierra extrajeron restos óseos que parecen ser las mandíbulas de un enorme animal.

De manera preliminar, el Servicio Geológico Colombiano le aseguró a Citytv que estas piezas podrían ser de un mastodonte:

"De manera preliminar, se puede determinar que la pieza corresponde a una mandíbula izquierda de mastodonte, siendo la parte anterior la que tiene el molar con las cúspides más desgastadas, lo más probable es que sea nastiomastodon platensis".

El espécimen al que habría pertenecido esta mandíbula sería un pariente lejano de los elefantes modernos, que predominó principalmente en el continente de América del Sur y se extendió sobre la mayor parte del territorio.

Según le contaron los obreros a Citytv, llevaban varios días encontrando piezas que parecían ser huesos. Sin embargo, no prestaron atención y los desecharon junto al resto de escombros. Solo hasta que encontraron las mandíbulas y los dientes supieron que este no era un hallazgo cualquiera.

El Servicio Geológico recordó que, ante este tipo de situaciones, es necesario cumplir un protocolo para proteger las piezas."Quien de manera fortuita encuentre posibles bienes de interés geológico o paleontológico deberá dar aviso inmediato a las autoridades locales y al Servicio Geológico Colombiano o la entidad que este autorice en un plazo máximo de 24 horas siguientes al hallazgo".

 

Referencias:

Ana María Sánchez, periodista de Citytv. ¿Un mastodonte en Bogotá?: obreros encuentran enormes huesos. Fuente: El Tiempo.10.11.2021  (https://www.eltiempo.com/bogota/obreros-habrian-encontrado-huesos-de-un-mastodonte-en-bogota-630986)  [Última consulta 10.11.2021].


Aquí el vídeo de la noticia del hallazgo. Créditos City TV



Comunicado sobre el hallazgo paleontológico ocurrido en la ciudad de Bogotá

El Servicio Geológico Colombiano se permite informar que el pasado 8 de noviembre, la periodista de CityTV, Ana Guzmán, informó a la Entidad el hallazgo efectuado el pasado 8 de noviembre, durante la realización de una obra civil al interior de un inmueble localizado en el barrio Alcalá de la ciudad de Bogotá.

Acto seguido, y con base en los datos suministrados por la periodista, el Servicio Geológico Colombiano estableció, preliminarmente, que los restos presentados en imágenes correspondían a un fragmento mandibular de un mastodonte, posiblemente un Notiomastodon plantensis. Sin embargo, es necesario efectuar una revisión técnica y detallada de las piezas.

En ejercicio de sus funciones, la entidad procedió a realizar los acercamientos con los posibles involucrados con el hallazgo, encontrando que el material fue retirado del lugar, luego de que se efectuara la publicación de la nota periodística, por una persona que manifestó tener la condición de arqueólogo.

Hasta el momento, y pese a los esfuerzos realizados por el Servicio Geológico Colombiano, no ha sido posible establecer la identidad, ubicación o vínculo con una entidad o institución universitaria, de la persona que sustrajo los restos ya referidos.

Con base en los hechos antes señalados, y en el marco del CONVENIO DE COOPERACIÓN PARA PREVENIR Y CONTRARRESTAR EL TRÁFICO ILÍCITO DE BIENES DEL PATRIMONIO CULTURAL DE LA NACIÓN, el Servicio Geológico Colombiano informó a las autoridades pertinentes lo sucedido, con el objetivo de que se adelanten las investigaciones necesarias y se proceda a realizar la búsqueda de los restos paleontológicos, con el fin de poder atender el hallazgo y garantizar la protección de este.

Finalmente, el Servicio Geológico Colombiano hace un llamado a la comunidad en general para que, en caso de que esté en presencia de piezas fosilizadas, contacte al Servicio Geológico Colombiano, quienes realizarán el estudio y protección del patrimonio geológico y paleontológico.  (patrimonio@sgc.gov.co).

 

Referencias:

Servicio Geológico Colombiano. Comunicado sobre el hallazgo paleontológico ocurrido en la ciudad de Bogotá. Fuente: Geoflash del 12 de noviembre de 2021 (https://us10.campaign-archive.com/?e=[UNIQID]&u=d512a1b81e3621f02b8da7d1b&id=e9a1a951b7&fbclid=IwAR2exGwiYnsjgEsD1ngiiLqwQpxAYy07imOwjBf1RtbuIy2ihtDO3HPl6G4)  [Última consulta 12.11.2021].



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domingo, 19 de septiembre de 2021

Descubren el colmillo de un Gonfoterio (mastodonte) en la vereda Agualinda, en Norte de Santander

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Niño y su abuelo descubrieron colmillo de mastodonte en Agualinda

Ambos rastreaban unas cabras, cuando hicieron el hallazgo arqueológico. Esa vereda de Los Patios pide protección de las áreas arqueológicas.


En la vereda Agualinda de Los Patios hay júbilo y aún más entusiasmado está Camilo Andrés Roa, quien a sus 12 años nunca imaginó ser el descubridor de un fósil de la Era Cuaternaria, junto con su abuelo Gonzalo Roa Hernández, cuando ambos rastreaban una de las cabras del campesino.

Lo que en un principio creyeron que sería una roca o un trozo de poste de energía les fue pareciendo algo más al revisarlo: pensaron en un hueso. Pues este hallazgo resultó ser, según los conocedores de la Arqueología, un colmillo de un Haplamastodon, un mastodonte americano. 

La extensión del fósil es de 1.86 metros y ya se encuentra en el Museo Arqueológico y Paleontológico de Agualinda, bajo la dirección de su fundador Saddy Molina.

“Hace tiempo lo vimos y le avisamos a la presidenta de la Junta, quien en ese momento se había sometido a una operación. El niño me decía: vamos nosotros y lo sacamos, pero no nos atrevimos porque no sabíamos cómo sacar eso. Hasta que finalmente este domingo una grupo de vecinos fue a traerlo”, indicó Roa.

Camilo Andrés acompañó al equipo que se trasladó hasta al sitio, conformado por la cofundadora del museo Durley Molina Moros, José María Santos Nieto, Cristian Parra, Karen Isao, Laura Losada, Sofía Roa y Emilgen Quiroga Serrano, presidenta de la Junta de Acción Comunal (JAC). Fue una travesía de unos 20 minutos para llegar hasta cerca de la quebrada La Ciénaga.

“Nosotros vimos una punta y yo le dije: nono, eso es un hueso. Me llené de emoción y de una vez me surgió la idea de contarle a la presidenta –de la JAC-, para que los sacaran”, afirmó el infante, quien destacó que nunca antes había visto un fósil en tierra y que este, así cómo otros, guardan historia del mundo.

“Es un gran honor”



Para Saddy Molina, de 88 años, es “un gran honor” que estos descubrimientos se sigan haciendo en la vereda y que el museo que fundó en 1975 se convierta en santuario de estas piezas tan importantes. Resaltó que Agualinda es una de las zonas más ricas de Norte de Santander y de Colombia en arqueología.

“Lamentablemente estamos un poco descuidados, porque no hay apoyo; y no hablo de recursos económicos, porque tengo mi jubilación. Estoy cansado de pedirles a las autoridades que me ayuden para construir el museo. Tengo pensado techar una parte de mi casa para ampliar más el museo”.

Aunque no puede precisar el número de fósiles que tiene en su museo, son muchas las piezas y todas son importantes y tienen el mismo valor científico. Allí tienen herramientas hechas por los cazadores-recolectores, que “eran maravillas”, con las que mataban mastodontes. En el lugar se encuentran concha marina, molusco marino y megaterio, entre otros fósiles.

Comunidad clama reconocimiento

Emilgen Quiroga, presidenta de la Junta de Acción Comunal, recordó que Agualinda, por su arqueología, es área reconocida como bien de interés cultural de carácter departamental, según el Decreto 1044 del 31 de diciembre de 2003.

El documento definió que el municipio debe crear un plan especial de protección de estos bienes. Sin embargo, según la presidenta de la JAC, esto no se ha tenido en cuenta. Agregó que la comunidad han venido luchando para que la importancia del territorio se reconozca, no solo a nivel regional, sino nacional.

Quiroga informó que, incluso, el Instituto Colombiano de Antropología e Historia (ICANH), desarrolló el estudio ‘Proyecto Valle de Pamplonita’ en esta zona de Los Patios e identificó 400 zonas arqueológicas, que son de las épocas más antiguas del país.

“No se ha hecho el plan de protección arqueológico, cuando esto es nuestra identidad. Nuestro interés es que se visibilice, que el ICANH ejercer su deber de proteger este patrimonio… Queremos que se construya el museo y que a don Saddy se le reconozca su labor, quien lleva gran parte de  vida dedicado a esto y todo lo que le han prometido se ha quedado en promesas. A sus 88 años aún espera que le cumplan su sueño”.

La líder comunal expresó que el secretario Isachar Parada, de Desarrollo Económico de la Alcaldía de Los Patios, se comunicó con ellos y se puso a la orden para la identificación y caracterización de la pieza que se acaba de descubrir. Asimismo, el funcionario quedó en visitar la vereda.

Emilgen Quiroga finalmente señaló que todo tipo de trabajo que hagan empresas en la zona tiene que estar autorizado por las autoridades departamentales y bajo el aval del Consejo de Monumentos Nacionales, pero esto solo lo está cumpliendo Cerámica Italia.

Cerámica Italia tienen un terreno aquí y va a instalar una planta, Ellos vienen haciendo los estudios arqueológicos y han realizado 70 hallazgos arqueológicas. Ya se comunicaron con nosotros, para que el museo de Agualinda reciba las piezas. Si esta empresa lo hace, ¿por qué otras no? Esa es la pregunta que nos hacemos”.


La Alcaldía quiere visibilizar la riqueza arqueológica

Andrés Isachar Parada, Secretario de Desarrollo Económico, señaló que este martes estaría visitando Agualinda para conversar con la comunidad. Manifestó que el alcalde José Miguel Bonilla tiene entre sus propósitos que se visibilice la riqueza arqueológica de Los Patios.

Sostuvo que quieren llegar a un acuerdo para levantar una caracterización e identificación de todas los fósiles que custodia Saddy Molina y poder exponerlos en un lugar, esto podría hacerse en la casa de la cultura que está en reconstrucción o ver la factibilidad y viabilidad de construir el museo que pide Agualinda.

“El Plan de Desarrollo del municipio contemplan la construcción de un parque temático y se ha pensado que parte de este proyecto sea para visibilizar la riqueza arqueológica, cuáles especies vivieron en la zona hace miles de años y qué tipos de descubrimientos se han hecho”, concluyó.

Referencias:

Leonardo Favio Oliveros. Niño y su abuelo descubrieron colmillo de mastodonte en Agualinda. Fuente: La Opinión Cúcuta. 14.09.2021. (https://www.laopinion.com.co/comunidad/nino-y-su-abuelo-descubrieron-colmillo-de-mastodonte-en-agualinda)  [Última consulta 19.09.2021].


Comentario final:

Gracias al abandono institucional de museos como el de Agualinda, es la comunidad la que se encarga de extraer las piezas sin ningún tipo de conocimiento y/o técnica, causando daños irreversibles al material y pasando por alto datos tan importantes como el contexto geológico del hallazgo, esto sin contar con que piezas de menor tamaño que podrían aportar información adicional no son recolectadas. Está muy bien crear leyes de protección al patrimonio pero señores del SGC, ¿de qué sirven sino se aplican?, de qué sirven sino se educa a las poblaciones locales que habitan en sitios de interés paleontológico?, de que sirve crear protocolos de actuación si no se actúa?. Al menos en este caso la comunidad ha llevado las piezas al Museo de Agualinda y no han terminado en el patio de alguna casa o en alguna colección privada, y yo me pregunto ¿Qué hubiera sido de todas estas piezas halladas en la zona si no hubiera sido por la dedicación y el esfuerzo personal de Sady Molina durante tantos años para crear un Museo en su propia casa y sin ningún tipo de ayuda gubernamental? Desafortunadamente casos como el del Museo de Agualinda se multiplican por el país y lo más triste es que aunque cambien a las personas al frente de instituciones como el SGC la forma de seguir haciendo las cosas sigue siendo la de siempre.

 

Galería fotográfica (Créditos Facebook Alcaldía Los Patios, Norte de Santander)











 Vídeo: “Descubrieron colmillo de mastodonte de Agualinda”, Créditos La Opinión Cúcuta, 14.09.2021



Vídeo del hallazgo, Créditos ATN Televisión, 15.09.2021 





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miércoles, 14 de abril de 2021

Descrito un manatí del Mioceno temprano en cercanías de Pubenza, Cundinamarca.

 Estudio sobre fósiles de manatíes del Mioceno revela detalles de su adaptación ambiental

 Un fósil encontrado en la localidad de Pubenza, municipio de Tocaima, Cundinamarca, reveló que los manatíes han habitado el territorio colombiano desde el periodo Mioceno temprano, entre 17.7 y 16.5 millones de años de antigüedad. En el estudio que analizó este fósil participaron profesionales del Grupo de Investigación en Geociencias GEO4 de la Universidad del Norte, el Servicio Geológico Colombiano, el Museo de La Plata en Argentina y el Museo de Historia Natural de Los Ángeles. Este trabajo fue publicado recientemente en la revista científica Journal of South American Earth Sciences, bajo el título An early Miocene manatee from Colombia and the initial Sirenian invasion of freshwater ecosystems (Un manatí del Mioceno temprano de Colombia y la invasión inicial de ecosistemas de agua dulce por sirenios).

Los fósiles datan del periodo Mioceno temprano, con entre 17.7 y 16.5 millones de años de antigüedad.

Los primeros en hallar fósiles en Pubenza fueron Manuel Mendoza y Eutimio Salgado Bohorquez, habitantes de la región. Trabajos de campo del INGEOMINAS, hoy Servicio Geológico Colombiano, realizaron nuevos hallazgos en 2003 y 2005, los cuales incluyen el espécimen publicado en el estudio. En el análisis del fósil participaron Catalina Suarez Gómez, paleontóloga del Servicio Geológico Colombiano; Javier Gelfo, paleontólogo del Museo de La Plata en Argentina; y Jorge Velez-Juarbe, investigador puertorriqueño y curador de mamíferos marinos en el Museo de Historia Natural de Los Ángeles, California. Junto a ellos participó Jorge W. Moreno-Bernal, miembro de GEO4, becario del Ministerio de Ciencias y estudiante del Doctorado en Ciencias del Mar de Uninorte.

El fósil fue identificado como perteneciente al grupo de los sirenios, o “vacas marinas”, y a la familia de los triquéquidos, que incluye a las tres especies vivientes de manatí: el de Senegal, el amazónico, y el antillano, que habita la cuenca del Rio Magdalena y las ciénagas región Caribe de Colombia. El fósil es muy similar al Potamosiren magdaleniensis, especie extinta de manatí conocida por restos hallados en el desierto de la Tatacoa, Departamento del Huila. Sin embargo, el fósil de Pubenza es unos cuatro millones de años más antiguo que el de la Tatacoa. Además, el fósil de Pubenza no está lo suficientemente completo como para determinar si es de la misma especie encontrada en la Tatacoa, o si se trataba de otra especie cercanamente emparentada de Potamosiren.

“El registro fósil de los sirenios es muy escaso en América Central y América del Sur, comparado con otros continentes. Esto se debe, en parte, a que no se ha hecho tanta investigación paleontológica en las regiones tropicales del mundo, como sí se ha realizado en lugares de mayor latitud como Argentina o Norteamérica”, señala Jorge W. Moreno-Bernal, quien agrega que ahora hay más investigaciones enfocadas en el trópico, y se están comenzando a hacer hallazgos en multitud de localidades de Colombia y otros países tropicales.

Ilustración del manatí identificado en la investigación


Los manatíes modernos tienen un modo inusual de desarrollar sus dientes. En lugar de dientes de leche que dan paso a los definitivos, los dientes salen sin parar de atrás hacia adelante. Cada molar brota y van moviéndose hacia adelante, empujado por otros dientes, para luego caer al llegar extremo anterior de la fila. Esta adaptación permite a los manatíes comer plantas en agua dulce y en las orillas, que llevan muchos sedimentos y desgastan los dientes. Los fósiles de Potamosiren del desierto de la Tatacoa y de Pubenza indican que este sistema de reemplazamiento dental aún no había evolucionado. En cambio, los dientes de Potamosiren tienen el esmalte dental muy grueso, como adaptación temprana a una dieta de plantas continentales.

Las rocas donde se encontró el fósil de manatí son conocidas por los geólogos como Formación Barzalosa. Estas rocas se formaron a partir del lodo y la arena depositados en el fondo de lagos y pantanos que ocupaban lo que ahora es el valle superior del Rio Magdalena. Fósiles de algas, tortugas y cocodrilos indican que eran lagos de agua dulce, lo cual tiene implicaciones para la primera invasión de los sirenios a hábitats de agua dulce, y su posterior regreso a los océanos.

“La antigüedad y ambiente asociados al manatí de Pubenza implican que este es uno de los sirenios de agua dulce más antiguos conocidos (los antepasados de los manatíes se conocen por fósiles hallados en rocas formadas en ambientes marinos). El otro fósil más antiguo de manatí y, probablemente también de agua dulce, se encontró en la Amazonía peruana. Este fósil peruano es un solo molar aislado, y tiene entre 21 y 17.5 millones de años de antigüedad”, destacó el investigador.

El estudio también señala que, si bien los primeros  triquéquidos se conocen por fósiles de hasta 28 millones de años de antigüedad en Europa, estos solo se encuentran en rocas de origen marino. No es sino hasta que aparecen fósiles de manatíes en Perú y Colombia que se tienen los primeros registros en agua dulce, durante la época conocida como Mioceno Temprano.

“La aparición de triquéquidos en América del Sur coincide temporal y geográficamente con las primeras etapas del sistema de megahumedales de Pebas. Las condiciones paleoambientales únicas de este sistema probablemente ofrecieron la oportunidad para que los sirenios [manatíes] y los odontocetos [delfines] invadieran ecosistemas de agua dulce”, apunta la investigación.

 

 Referencias:

Katheryn Meléndez. Estudio sobre fósiles de manatíes del Mioceno revela detalles de su adaptación ambiental. Fuente: Grupo Prensa - UNINORTE 14.04.2021  (https://www.uninorte.edu.co/web/grupo-prensa/noticia?articleId=16520753&groupId=73923&fbclid=IwAR38sdX8tz0_XOwI1-zdhCgMZjWbzRS76Lwrgq9GMe8MDuvz2TZFxxh81vM)  [Última consulta 14.04.2021].

 

Para más información por favor consulte: Suarez, C., et al. (2021). "An early Miocene manatee from Colombia and the initial Sirenian invasion of freshwater ecosystems." Journal of South American Earth Sciences: 103277.

 

Todas las imágenes y fotografías aquí publicadas son propiedad de sus respectivos autores.






sábado, 3 de abril de 2021

El origen de los bosques tropicales actuales a partir de la extinción masiva de finales del Cretácico

 Cómo el asteroide que mató a los dinosaurios hizo nacer el bosque tropical de la Amazonía

 

SPL - El impacto del asteroide hace 66 millones de años probablemente no solo llevó a la extinción de los dinosaurios.


Se sabe que el impacto de un asteroide es la causa más probable de la extinción de los dinosaurios, ¿pero qué pasó con las plantas?

 Un estudio desarrollado en Panamá, con muestras tomadas en Colombia, apunta a que el evento dio origen a las selvas tropicales que hoy conocemos en nuestro planeta.

 Los investigadores utilizaron polen y hojas fosilizadas del suelo colombiano para investigar cómo ese evento cambió los bosques tropicales de América del Sur.

 Después de que una roca espacial de 12 km de ancho golpeara la Tierra hace 66 millones de años, el tipo de vegetación que formaba estos bosques cambió drásticamente.

  La doctora Mónica Carvalho, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá y coautora del estudio, dijo: "Nuestro equipo examinó más de 50.000 registros de polen fósil y más de 6.000 fósiles de hojas de antes y después del impacto".

 El equipo ha descrito sus hallazgos en la prestigiosa revista Science.

 

¿Qué hallazgos hicieron?

 

Las selvas tropicales modernas son densas, con copas espesas, a diferencia de lo que había en el período Cretácico tardío


Los científicos descubrieron que las plantas coníferas y los helechos eran comunes antes de que el enorme asteroide impactara la Tierra en lo que ahora es la península de Yucatán, México.

 

Los misterios del cráter Chicxulub, el sitio en México donde los científicos creen que comenzó el fin de los dinosaurios

Pero después del evento devastador, la diversidad de plantas se redujo en aproximadamente un 45% y las extinciones se generalizaron, particularmente entre las plantas con semillas.

 Los bosques se recuperaron durante los siguientes seis millones de años, pero las angiospermas, o plantas con flores, llegaron para dominar esas zonas de vegetación.

 La estructura de los bosques tropicales también cambió como resultado de esta transición.

 Durante el período Cretácico tardío, cuando los dinosaurios todavía estaban vivos, los árboles que formaban los bosques estaban muy espaciados.

 Sus copas no estaban encima unas de las otras, lo que dejaba áreas abiertas que eran iluminadas por el sol en el suelo del bosque.

 Así fue el último día de los dinosaurios después del impacto del meteorito que acabó con ellos

Pero después del impacto, los bosques desarrollaron una formación densa que permitió que llegara mucha menos luz al suelo.

 Pero ¿cómo transformó el impacto los escasos bosques tropicales ricos en coníferas de la era de los dinosaurios en las selvas tropicales de hoy, con sus imponentes árboles llenos de flores y orquídeas multicolores?

 

El cambio radical

A partir de su análisis del polen y las hojas, los investigadores proponen tres explicaciones diferentes.

 En primer lugar, los dinosaurios podrían haber evitado que el bosque fuera denso al alimentarse y pisotear las plantas que crecían en las zonas bajas de los bosques.

 Una segunda explicación es que la caída de cenizas tras el impacto enriqueció los suelos de los trópicos, lo que dio una ventaja a las plantas con flores que crecen más rápido.

 La tercera explicación es que la extinción particular de las especies de coníferas creó una oportunidad para que las plantas con flores tomaran su lugar.

 Estas ideas, dice el equipo, no son mutuamente excluyentes y todas podrían haber contribuido al resultado que vemos hoy.

 "La lección aprendida aquí es que bajo perturbaciones rápidas... los ecosistemas tropicales no solo se recuperan; son reemplazados, y el proceso lleva mucho tiempo", concluye la doctora Carvalho.


Referencias:

Cómo el asteroide que mató a los dinosaurios hizo nacer el bosque tropical de la Amazonía. Fuente: BBC News Mundo 03.04.2021  (https://www.bbc.com/mundo/noticias-56621391?fbclid=IwAR0cUf68zsKtGCEM84KZLfnCNp2j6GHbrATcndtgcTa-lFnjjOoQANk6vUM) [Última consulta 03.04.2021].

 

Para más información por favor consulte: Carvalho, M. R., et al. (2021). "Extinction at the end-Cretaceous and the origin of modern Neotropical rainforests." Science 372(6537): 63-68.

 

Todas las imágenes y fotografías aquí publicadas son propiedad de sus respectivos autores.





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En el desierto de La Tatacoa, Huila, se descubrió el cráneo casi completo y parte del postcráneo de un gavial, un cocodrilo de hocico alarga...