Te invitamos a leer una entrada mucho más actualizada en nuestro nuevo Blog: https://titanoboaforest.com/tigres-dientes-de-sable-los-machairodontinae-y-su-presencia-en-suramerica/
Esta
es una pregunta que desde que existe este espacio se me ha hecho con más o
menos frecuencia, y es que junto a dinosaurios y mamuts, los llamados “tigres
dientes de sable” son de esas especies prehistóricas que fascinan al imaginario
colectivo, animales que nos atraen desde niños y que gracias a documentales y
películas siguen estando muy presentes a pesar de haber desaparecido de nuestro
planeta hace miles de años.
Y
para tratar de arrojar más luces sobre el comportamiento de estos depredadores
del Pleistoceno, se escribe esta entrada del Blog, aunque antes responderemos a
la pregunta que da título a la entrada: Sí, en Colombia si existieron “tigres
dientes de sable”, y es que la posición de nuestro país como paso obligado de
las especies que emigraron de sur a norte y de norte a sur durante el conocido
como Gran Intercambio Biótico Americano hace tres millones de años responde
afirmativamente a esa pregunta, si bien es cierto que restos completos se resisten
a ser descubiertos.
Se suele utilizar este término para definir de forma genérica a todos aquellos félidos de gran tamaño de la subfamilia Machairodontinae o macairodontinos que tenían como principal característica que sus dos caninos superiores (colmillos) estaban súper desarrollados, curvados hacia atrás y con bordes aserrados; esta notable diferenciación dentaria condujo a otras muchas modificaciones morfológicas del cráneo y de la mandíbula del animal, estos superdepredadores tenían la cara corta y fuerte musculatura en el cuello, la mandíbula inferior estaba modificada para poder abrir la boca ampliamente lo que le daba mejor adherencia y una distribución más uniforme a la mordida lo que provocaría heridas profundas que desangrarían a la presa.
A
diferencia de los felinos actuales que tienen una mordedura más potente
especialmente diseñada para matar a sus presas de un certero mordisco en la
garganta , fracturando las vértebras y asfixiándolos con sus caninos
especialmente adaptados para esta función, se cree que los dientes de sable
empleaban la técnica del apuñalamiento en piel y carne pero no en hueso ya que
podrían romperse sus afilados dientes, se piensa que debieron usarlos como
puñales penetrando en la parte inferior de la garganta cercenando las arterias,
pero para poder llevar a cabo esta forma de cazar, era vital que la presa
estuviera inmovilizada para evitar la lucha, para ello contaban con potentes
extremidades equipadas con poderosos músculos que junto a su enorme peso les
permitiría inmovilizar a sus presas antes de desgarrarlas. Al igual que algunos felinos actuales,
seguramente también eran carroñeros o aprovecharían su envergadura para robar
la presa a otros depredadores con los que compartía hábitat.
Debemos
apuntar que el término “tigre” no es correcto ya que ambas especies no estaban cercanamente
emparentadas, además el desarrollo prominente de los caninos no era una
característica exclusiva de estas especies, ya que dicho atributo se dio en
muchas otras especies no solo de euterios sino también en otros grupos como los
metaterios, tal es el caso del esparasodonte Thylacosmilus atrox un
carnívoro marsupial del Mioceno de América del Sur, siendo este uno de los
mejores ejemplos que existe de convergencia evolutiva.
El Gran Intercambio Americano y las
especies de dientes de Sable que habitaron Suramérica
A mediados del Plioceno el surgimiento del istmo de Panamá facilitó el intercambio de especies entre las masas continentales de lo que hoy conocemos como Norteamérica y Suramérica, durante este periodo de intercambios bióticos ingresaron procedentes del norte grandes mamíferos herbívoros como mastodontes, caballos, ciervos y camellos seguidos a su vez por sus depredadores naturales: cánidos, osos y grandes gatos como felinos, panterinos y macairodontinos, familia en la que se incluye a los gatos con dientes de sable. Recordemos que para esta época ya habían desaparecido de Suramérica los grandes marsupiales depredadores como el Thylacosmilus atrox o Anachlysictis gracilis por lo que con la llegada de los grandes predadores placentarios norteamericanos se llenó el vacío ecológico dejado por estos marsupiales carnívoros.
No
obstante si comparamos la diversidad de la familia Felidae en el Cenozoico
tardío suramericano con la de Norteamérica y Eurasia vemos que es
comparativamente baja, este hecho se debe muy seguramente a la breve historia
de la familia en el subcontinente.
Dentro
de los macairodontinos se distinguen dos tribus: los Machairodontini o “dientes de cimitarra” de los cuales ha sido descrita en
Suramérica la especie Homotherium
venezuelensis y los Smilodontini al que pertenece el Género Smilodon, el más famoso de todos los “dientes de sable”.
Machairodontini
Orden: Carnívora
Familia: Felidae
Subfamilia: Machairodontinae
Tribu: Machairodontini
Género: Homotherium
Especie:
Homotherium venezuelensis
Se conoce al género Homotherium como “dientes de cimitarra” debido a que sus caninos se
asemejan a la famosa espada de hoja curva originaria de oriente medio. Habitó África,
Eurasia y América llegando hasta Suramérica donde se descubrió la especie Homotherium venezuelensis que comparte
muchas característica con su pariente europeo Homotherium latidens.
Homotherium
venezuelensis fue descubierto en
abril de 2007 por trabajadores de la empresa estatal de petróleos de Venezuela en
un lugar conocido como Breal del Orocual, el equivalente suramericano al
célebre yacimiento norteamericano de Rancho La Brea ubicado en Los Ángeles, California.
Ambos yacimientos se caracterizan por estar formados por varios pozos de
alquitrán donde por miles de años han quedado atrapados gran cantidad de
animales y plantas que han llegado hasta nuestros días en un excelente estado
de conservación, lo que los convierte en uno de los depósitos de fósiles más
importantes para comprender como era la megafauna que pobló las Américas durante
el Pleistoceno.
Recreación
de un Mamut y un Smilodon atrapados en los pozos de alquitrán de Rancho la Brea,
California. Créditos Zdenek Burian, 1941.
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El hallazgo de
Homotherium venezuelensis corresponde al primer registro de la tribu Machairodontini
para Suramérica y aporta importantes pistas de lo que fue el Gran Intercambio
Biótico de las Américas. Vivió hace 2,5 millones de años durante el Plioceno
superior en lo que es la actual Venezuela. Esta especie tenia caninos como
puñales de 8,5 cm de largo, más robustos en su base, planos y más cortos que los
de su contemporáneo Smilodon, tenía
un cráneo pequeño y un hocico corto y se estima que su peso variaba entre los
300 y los 350 kilos lo que lo convertía en un felino de gran tamaño, media 1,20
cm de alto y estaba dotado con poderosas garras que pasaban de medir 5 a 10 cm
en cuestión de segundos, se supone que cazaba en manda emboscando a sus presas
o persiguiéndoles en carreras rápidas pero cortas, pues por su envergadura
seguramente no era un corredor de largas distancias y se cansaría rápidamente.
Réplica
de Homotherium venezuelensis expuesto
en el centro de exposiciones del Centro de Arte La Estancia en Caracas, Venezuela.
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Los pocos restos hallados hasta la fecha de esta
especie en otras regiones de Suramérica puede deberse a diversos factores como
la baja densidad de población de estos comparada con los restos hallados de Smilodon que tal vez era una especie más
común, cabe reseñar que en el año
2004 se describió un fragmento de hemimandíbula hallado en rocas del
Pleistoceno de Uruguay que fue asignado al macairodontino Xenosmilus hodsonae , un dientes de sable hallado en rocas del
Pleistoceno de La Florida, Estados Unidos, aunque muchos autores consideran que
el mal estado de la muestra no permite una correcta identificación del fósil.
En
los depósitos de brea venezolanos se encontraron restos de al menos 7
individuos de la especie Homotherium venezuelensis que incluyen un cráneo completo, dientes y
mandíbulas parciales de estos animales que probablemente quedaron atrapados al
intentar cazar a algún herbívoro de gran tamaño que ya se encontraba atrapado
en la viscosa brea y de la cual tanto presa como cazador no pudieron escapar.
La importancia de este yacimiento venezolano, radica en la gran cantidad de
especies que contiene. A pesar que apenas está empezando a ser estudiado ya se
han identificado además de los fósiles de Homotherium, restos de su
primo mayor Smilodon así como
de perezosos y armadillos gigantes, artiodáctilos, perisodáctilos, roedores,
caballos, panteras, toxodontes, mastodontes y cánidos.
Smilodontini
Hasta
no hace mucho tiempo se pensaba que la tribu Smilodontini habían surgido en
Eurasia hace 2,5 millones de años para posteriormente dispersarse por el continente americano, pero el hallazgo
en Florida de una nueva especie de hace 5 millones de años y bautizada como Rhizosmilodon fiteae plantea una nueva
teoría sobre el origen de esta familia de gatos dientes de sable y sugiere que
estos grandes depredadores ya habitaban el sureste de Norteamérica hace al
menos 5 millones de años.
Dentro de la tribu Smilodontini actualmente se
reconocen 3 especies, la norteamericana Smilodon
gracilis que con un peso de entre 55 – 100 kg era la especie más pequeña y
también considerada la más antigua del género, está más cercanamente
emparentada con Megantereon, otro
gran félido dientes de sable que habitó África, Eurasia y Norteamérica y que se
considera el ancestro directo del Género Smilodon.
Las otras dos especies del género Smilodon y que detallaremos más a fondo
ya que sus restos se encuentran presentes en el registro fósil de Suramérica
son Smilodon fatalis y Smilodon
populator.
Comparación del tamaño corporal entre un humano y los Machairodontinae Smilodon populator, Smilodon
fatalis y Megantereon. Créditos
http://prehistoric-fauna.com/
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Orden: Carnívora
Familia: Felidae
Subfamilia: Machairodontinae
Tribu: Smilodontini
Género: Smilodon
Especie:
Smilodon fatalis
Sus fósiles fueron hallados en rocas del Pleistoceno
superior de Norteamérica y es la especie mejor conocida gracias a los
abundantes restos encontrados en los depósitos de Rancho la Brea en Los Ángeles, California. Era un félido grande similar en masa corporal a un tigre
actual que podría pesar entre 160 y 280 kg (con respecto al peso del animal hay
cifras muy dispares, ya que algunos autores le asignan un peso de hasta 350 kg)
y podía llegar a medir entre 1 y 1,20 m de altura y casi 2 de largo. Tiene
importantes diferencias morfológicas en cuanto a la estructura craneal, tipo
corporal y proporciones en general que lo distinguen de la especie endémica suramericana
Smilodon
populator. S. fatalis invadió
Suramérica durante el gran Intercambio Americano y se conocen restos en Ecuador
y Perú, es decir al oeste del subcontinente, mientras que S. populator se encuentra disperso al este de los Andes, cordillera
que determinó la separación geográfica de ambas especies.
Orden: Carnívora
Familia: Felidae
Subfamilia: Machairodontinae
Tribu: Smilodontini
Género: Smilodon
Especie:
Smilodon populator
Fue la especie más grande de su Género, un
superdepredador corpulento y de gran envergadura, que llegaba a medir 1,3 m de
alto por casi 3 m de largo y un rango de masa corporal estimado en 220 – 360 kg,
pero que posiblemente en algunos machos podría superar los 400 kg, rivalizando
con el gigantesco panterino pleistocénico Panthera
leo atrox, conocido también como león americano por el titulo de mayor
félido conocido de la historia. Compartía las singularidades generales que
caracterizan a los miembros de la familia Felidae, tenían
los caninos más desarrollados que las demás
especies de macairodontinos llegando a superar los 20 cm de longitud,
los dientes restantes, tanto molares como premolares formaban láminas cortantes
como en los felinos actuales.
Tenía
cuello corto con potentes músculos que potenciaban su mordida, extremidades
cortas y robustas y una cola pequeña.
Sus
fósiles han sido hallados al este de la cordillera de los Andes: Venezuela,
Bolivia, Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina y Chile
Comportamiento social
Las
pruebas fósiles parecen indicar que al igual que los leones actuales cazaban y vivían
en manadas ya que se han hallado huesos fósiles de Smilodon que parecen haber sufrido enfermedades o lesiones con
evidentes signos de cicatrización, así como mandíbulas con dientes rotos,
condiciones que les hubiera impedido cazar con normalidad por lo que se supone
que al igual que hacen los leones en la actualidad, eran capaces de compartir
presas con los demás integrantes de la manada. Otro argumento a favor de este
comportamiento nos lo dan la gran cantidad de restos de Smilodon hallados en
los depósitos de Rancho la Brea, parece probable que los gatos quedaron
atrapados en un intento por llegar a los animales que se encontraban inmovilizados
en el alquitrán o a sus cadáveres. Se calcula que por cada gran herbívoro hay
un número aproximado de diez smilodontes que también quedaron atrapados
intentando llegar a la presa, eso sin tener en cuenta los ejemplares que se
encontraban en los alrededores, lo que nos da un porcentaje demasiado
alto para apoyar el argumento
de un estilo de vida solitario y nómada,
puesto que tal estilo de vida implicaría
amplios territorios y reduciría el número de animales capaces de congregarse en la zona de estudio.
Un Smilodon populator se
enfrenta a una manada de lobos gigantes Canis
dirus por el cadáver de un Hippidion,
recreación del Pleistoceno de Tarija, Bolivia. Créditos Velizar Simeonovski.
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Habitaron ambientes intermedios entre sabanas, áreas arboladas y matorrales desde los cuales acecharían a sus presas, grandes mamíferos herbívoros a los cuales emboscaría iniciando una corta pero rápida persecución durante la cual desestabilizarían a su presa para luego someterla entre los miembros del clan ayudándose de sus potentes extremidades que estaban equipadas con potentes garras que desgarrarían al animal, y por si esto fuera poco infringirían heridas mortales en las partes blandas como cuello y abdomen con sus potentes caninos como puñales que terminarían desangrando a su presa. Otra función de los caninos habría sido disuasoria e intimidatoria, alejando a otros predadores que intentaran robar su presa o manteniendo alejados de la manada a eventuales machos solitarios. También se descarta que fueran causa de dimorfismo sexual ya que tanto machos como hembras estaban dotados de potentes colmillos.
Extinción
El Smilodon y el Homotherium fueron los últimos dientes de sable que existieron ya
que se extinguieron hace solo 10.000 años al final de la última glaciación. Hay diversas opiniones sobre las causas de la
desaparición de estos magníficos predadores, algunas teorías apuntan a agentes
infecciosos, caza de grandes poblaciones de mamíferos como mamuts, bisontes y
otros grandes herbívoros por parte de los primeros seres humanos y que
constituían la principal fuente de alimento de los dientes de sable, y la
teoría más plausible que apunta a que los grandes cambios climáticos que se
dieron en nuestro planeta al final de la última glaciación afectaron a todos los
ecosistemas del planeta, desencadenando una serie de cambios a los que la
mayoría de grandes especies no supieron adaptarse, la desaparición de la
megafauna de herbívoros que constituían su fuente de alimento provocó la
desaparición de estos magníficos depredadores.
Hallazgos de “Dientes de Sable” en Colombia
Replica de Smilodon
en el Centro de Investigaciones Paleontológicas de Villa de Leyva. (Créditos
C.I.P.)
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Aunque hay referencias sobre la existencia de félidos dientes de sable en nuestro país, debemos aclarar que desafortunadamente la mayoría de las pruebas se han perdido o corresponden a estudios que no han podido ser consultados debido a su difícil acceso ya que fueron realizados durante las primeras décadas del siglo XX; tal es el caso de un canino atribuido a Smilodon que se encontraba depositado en las colecciones del Instituto La Salle y que desafortunadamente quedó reducido a cenizas cuando el instituto ubicado en el Barrio La Candelaria de Bogotá fue incendiado el 10 de abril de 1948 durante los trágicos acontecimientos del Bogotazo.
Las
referencias anteriores al incendio del Instituto La Salle donde se mencionan
restos atribuidos posiblemente a la especie Smilodon
fueron realizadas por los siguientes autores: Anónimo en 1920, Hermano Apolinar Maria 1926 cita fragmentos de un colmillo y una muela de Smilodon procedentes de Mosquera, Cundinamarca, Botero Arango en
1937 y Hno. Daniel en 1948, ambos citan también hallazgos en Mosquera,
Mientras M. Restrepo en 1930 cita hallazgos de una forma generalizada en la
Sabana de Bogotá, desafortunadamente tampoco he encontrado ninguna referencia
que indique que alguno de estos restos citados haya perdurado hasta nuestros
días o si algunas de estas citaciones corresponden a los restos calcinados en
el citado incendio de 1948.
La
única prueba fósil que ha llegado hasta nuestros días es un canino de unos 20
centímetros de longitud encontrado en
las canteras de mármol de Villa de Leyva y que se encuentra exhibido en el
Centro de Investigaciones Paleontológicas de Villa de Leyva (CIP) donde también
se encuentra una réplica de un Smilodon.
Cabe anotar que existe un fósil en las colecciones del Museo Agua Linda,
municipio de Los Patios, en el departamento de Norte de Santander de lo que parece ser una huella que según su
propietario, el señor Saddy Molina pertenece a un dientes de sable, la
fotografía del fósil resulta por lo menos “curiosa” y estaría bien que alguien
se interesara por verificar si efectivamente corresponde a la impresión fósil de una garra de uno de
estos grandes predadores.
Fotografías de un colmillo atribuido a un félido diente de sable depositado en las colecciones del Centro de Investigaciones Paleontológicas de Villa de Leyva. (Créditos C.I.P.) |
En el Museo de Agua Linda del cual ya hemos hablado con anterioridad en este Blog, se encuentra esta huella fosilizada que según Saddy Molina, administrador del Museo, pertenece a un dientes de sable. Fotografía sacada del Blog http://e-naturalista-lasallista.blogspot.com.es |
Recreación de la Fauna del Pleistoceno de Villa de
Leyva que incluía mastodontes, caballos, camellos, armadillos, cánidos y félidos
dientes de sable. Créditos J. W. Moreno - Bernal. 2009.
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Esperemos
que como ocurrió con los dinosaurios de los cuales solo se conocían en nuestro país
restos fragmentarios hasta la descripción de Padillasaurus leivaensis, se descubran y describan fósiles de
félidos fósiles, ya que con total seguridad cruzaron nuestro territorio para
dispersarse por el resto del subcontinente Suramericano.
Para complementar el Post les comparto un par de interesantes documentales
sobre los dientes de sable:
Video: “México en la
edad de hielo - Colmillos y relinchos en el altiplano”, en este video se narran
las características del dientes de sable Smilodon fatalis
durante el Pleistoceno.
Video de la
serie: “Cazadores Prehistóricos: tigre dientes de sable” de la National
Geographic.
R.J.G. Savage & M.R. Long. 1991. Evolución de los mamíferos. Ediciones Akal. pp. 80 – 85
M. Antón. 2013. Sabertooth. Indiana University Press. pp. 132 – 136, 151 - 156
R.A. Fariña, S.F. Vizcaino & G. De Iuliis. 2013. MEGAFAUNA, Giant beasts of Pleistocene of South America. Indiana University Press. pp. 186 – 190, 281
A. Turner. 2004. Mamíferos Prehistóricos. Después de los dinosaurios. Larousse Editorial. pp. 122 – 127
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A. Forasiepi, A. Martinelli & J. Blanco.2007. Bestiario Fósil. Mamíferos del Pleistoceno de la Argentina. Editorial Albatros. pp 119 – 124
Apolinar, Hno. M. 1926. Smilodon y Glyptodon en Colombia. Boletín de la Sociedad Colombiana de Ciencias Naturales, 15:112.
Cuervo
Márquez L. 1938. Especies extinguidas. Hallazgos fósiles en la Sabana de
Bogotá. Rev. Acad. Colomb. Cienc. Bogotá. 2(5): 38-42.
Rincón, A., Prevosti, F., & Parra, G. (2011). New saber-toothed cat records (Felidae: Machairodontinae) for the Pleistocene of Venezuela, and the Great American Biotic Interchange. Journal of Vertebrate Paleontology, 31 (2), 468-478
Prevosti, F. J., and L. H. Pomi. 2007. Revisión sistemática y antigüedad de Smilodontidion riggii (Carnivora, Felidae, Machairodontinae). Revista del Museo Argentino de Ciencias Naturales 9:67–77.
A. Prieto, R. Labarca & V. Sierpe. 2010. New evidence of the sabertooth cat Smilodon (Carnivora: Machairodontinae) in the late Pleistocene of southern Chilean Patagonia. Revista Chilena de Historia Natural 83: 299-307
R. D. Aros. 2012. Los Tigres Dientes de Sable en Sudamérica. Centro de estudios Paleontológicos de Chile. 1 – 11
V. Falcón. 2003. Proyecto Smilodon de Wallicoto, Distrito de Huacrapuqio, Provincia de Huancayo. Museo nacional de Arqueología e Historia del Perú.
J.F. Del Moral Sachetti & E. O Chávez Aponte. Biomecánica craneodentaria en Smilodon fatalis leidy, 1868 comparada con Panthera onca (Linnaeus, 1758) y Puma concolor (Linnaeus, 1771): un análisis predictivo del comportamiento predatorio en un carnívoro fósil.
Agradecimientos:
Quiero agradecer a Bibiana Dimaté de La Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (ACCEFYN) por permitirme el acceso a las publicaciones del Hermano Apolinar Maria 1926 y Luis Cuervo Márquez 1938.
Wikipedia https://es.wikipedia.org
Youtube https://www.youtube.com
Todas las imágenes, vídeos y fotografías aquí publicadas son propiedad de sus respectivos autores.
Me gustan mucho estas nuevas entradas con contenido original, mucho mejores que aquellas que repetían notas periodísticas.
ResponderEliminarGracias mi estimado Jorge. Saludos.
EliminarExcelente artículo. Gracias. Pablo Navarro.
ResponderEliminarBuenas tardes, hago vídeos para YouTube sobre Prehistoria en géneral,¿Yo podría extraer información de este sitio? Claro, dando créditos siempre.
ResponderEliminarOtra cosa, ¿Hay algún blog o foro para sacar info sobre La Prehistoria fuera de Colombia?
Muchas gracias por su ayuda.
Hola, puedes usar la información aquí publicada y para paleontología en general te recomiendo el blog Palaeos palaeos-blog.blogspot.com, Saludos
EliminarGracias por el artículo, estuvo muy interesante.
ResponderEliminarTengo una pregunta, respecto a la última imagen del señor Moreno Bernal; qué especies serían los lobos, los camélidos y las cebras? Gracias.