Aprovechando la próxima apertura del Centro de Investigaciones Paleontológicas, quiero rescatar para nuestros lectores la siguiente entrevista realizada por la revista Kienyke al Dr. Carlos Bernardo Padilla, gran promotor e impulsor de la apertura del CIP.
Monstruos
marinos en Bogotá
Carlos
Bernardo Padilla tiene una doble vida: cuando se quita la corbata, desentierra
bestias prehistóricas.
En una
bodega de la calle 13 con carrera 60 de Bogotá está el monstruo del lago Ness.
Es un plesiosaurio que exhibe sus huesos, sus vértebras de más de 110 millones
de años. Viven con él, detenidos en el tiempo, varios huesos y fragmentos de
animales extintos y un enorme pliosaurio con una dentadura hecha para destrozar
de todo, incluso tortugas del cretáceo. Todos fueron desenterrados del suelo
colombiano. Gracias al empeño de Carlos Bernardo Padilla y la Fundación Colombiana
de Geobiología, estos seres monstruosos del pasado han vuelto a la luz para
ayudar a descifrar la casi inexplorada prehistoria de Colombia.
La pasión
de Padilla empezó muy temprano. Ahora tiene 52 años y recuerda que cuando era
joven y vivía en San Diego, California, solía hacer largas caminatas en las que
recolectaba fósiles. Su interés por la ciencia lo llevó a estudiar biología
molecular y química analítica en la Universidad de California. Siempre que
venía a Colombia, iba de vacaciones a Villa de Leiva. Allí se sorprendió por la
abundancia de fósiles de invertebrados, como amonites y bivalvos, que vendían
los niños a los turistas. En lugar de comprarles su mercancía, les daba algo
para las onces y les pedía que lo llevaran a los lugares donde habían
encontrado los fósiles, para ir a excavar.
Fue así
como hace más de veinticinco años comenzó a hacer hallazgos. El primero fue una
mandíbula que, sospecha, era de un pez. En medio de sus ires y venires por los
cinco continentes no la pudo trastear. Desde entonces, nunca ha encontrado una
igual. Padilla gerencia una multinacional dedicada a la comercialización de
maquinaria y reactivos para laboratorios químicos. Padilla y la Fundación
Colombiana de Geobiología se han especializado en el estudio del Cretácico
Inferior (110 a 130 millones de años), un periodo aún muy desconocido.
‒Lo más
valioso de nuestra colección es que describe un periodo de la historia que no
ha sido bien descrito por falta de material –cuenta Padilla. En esencia, él
estudia a los primos hermanos de los dinosaurios: los grandes reptiles marinos,
criaturas muy especializadas, carnívoras y depredadoras.
Pocos saben
que el norte de Suramérica, territorio que hoy ocupa Colombia, fue alguna vez
un mar con algunos cuerpos de masa terrestre. Aquel mundo de agua era habitado
por criaturas voraces, como los enormes pliosaurios; los ictiosaurios, que
tenían una forma muy similar a la del delfín, y los alargados plesiosaurios.
Incluso el árido desierto de la Tatacoa, en el Huila, fue una suerte de humedal
en el que coexistían las más diversas especies de plantas y animales. Los ictiosaurios
de Colombia son raros en especial, porque pertenecen al cretácico; la gran
mayoría de los que se han encontrado en Europa pertenecen al periodo jurásico.
Pero no
sólo han hallado reptiles. Durante estos años han encontrado otros tesoros. La
siguiente anécdota lo confirma: en el Bogotazo, cuando el Instituto de la Salle
se incendió, el único colmillo de un tigre dientes de sable que había en el
país quedó reducido a cenizas. Pasaron más de cuatro décadas antes de que, en
las canteras de mármol de Villa de Leiva, el equipo de Padilla encontrara otro.
De nuevo, el único que hay en Colombia. En su colección también figuran ámbares
en formación con sus insectos adentro, amonitas, hojas del periodo cuaternario
y tortugas del cretáceo ‒una de ellas con huevos en su vientre‒.
Huila,
Neiva, Sutamarchán y La Mesa son algunos de los lugares donde se han hecho más
hallazgos. El trabajo es lento, desde desenterrar los huesos, transportarlos y
“enchaquetar” el fósil ‒cubrirlo con yeso, plástico, fibra de aluminio‒ hasta
remover la piedra calcárea en la que está encapsulado. Este proceso puede durar
hasta cinco años. En muchos fósiles usan dispositivos y técnicas de radiología,
como tags, que les facilitan radiólogos allegados que suelen usarlos con
humanos.
Padilla
explica de manera calmada, con detalles, yendo de lo general a lo particular,
cómo era aquel mundo de reptiles gigantes y mamíferos enanos que desapareció de
la noche a la mañana. De esa manera evidencia la paciencia que hay que tener
cuando se investiga el pasado. Pero la paleontología trasciende lo laboral.
Mientras señala unos huevos de avestruz que reposan en una enorme bandeja,
explica que con alguna frecuencia prepara “desayunos paleontológicos”, a los
que invita a sus amigos más cercanos. Les prepara huevos de avestruz, que
aprendió a preparar en Sudáfrica. Un huevo de avestruz equivale a 24 huevos de
gallina. En una de las paredes de su casa cuelga la imponente cabeza de un
antiguo rinoceronte negro, disecado a finales del siglo XIX por un reconocido
taxidermista inglés.
La
fundación de la que Padilla es gerente ha recibido apoyo técnico, asesoría y
entrenamiento de varias organizaciones, como el Smithsonian Institute, la
Universidad de Cambridge ‒que los ha acompañado en excavaciones‒, el
Museo Americano de Historia Natural de Washington, la Universidad de Texas y el
Field Museum, de Chicago. Con la ayuda de estas instituciones se están llenando
vacíos, armando un rompecabezas al que le faltan miles de fichas.
La rica
cultura antropológica de Colombia ha ensombrecido el estudio de la prehistoria
del país. Nuestra memoria llega hasta hace diez mil años. Más atrás, sólo hay
vacío. Se nos olvida que el suelo que pisamos fue habitado por reptiles que
subsistieron durante 200 millones de años. El hombre sólo lleva 200 mil. Estos
seres, cuenta Carlos Bernardo Padilla, “sobrevivieron mucho tiempo porque eran
aplastantes. No pensaban: simplemente atacaban. Devoraban”.
Referencia Web
Monstruos marinos en
Bogotá. Revista
Kienyke 08.10.2010. (http://www.kienyke.com/historias/monstruos-marinos-en-bogota/)
[Última consulta 17.08.2012]
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