Aprovechando un articulo publicado por el periódico El Espectador, el siguiente post esta dedicado a la labor que realiza la paleontóloga colombiana Dra. María E. Páramo Fonseca experta en el estudio, la investigación y la conservación de los vertebrados fósiles, con especial énfasis en los reptiles marinos del Cretácico en Colombia. Un reconocimiento a la gran labor que desempeña una de las mejores científicas de nuestro país.
El trabajo de esta paleontóloga de la U. Nacional ha permitido conocer las especies que habitaron los mares colombianos hace millones de años.
El trabajo de esta paleontóloga de la U. Nacional ha permitido conocer las especies que habitaron los mares colombianos hace millones de años.
Dra. Mª. Páramo, en una de las excavaciones que realizó con la Universidad Nacional en Villa de Leyva
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Cuando era niña coleccionaba pequeñas figuras de dinosaurios de plástico que le compraba su mamá. A medida que fue creciendo, el interés por estos gigantes que habitaron el planeta hace más de 250 millones de años se disipó y sólo fue hasta el día en que junto a su profesor y un grupo de compañeros de Geología de la Universidad Nacional descubrieron en el Huila el cráneo de una especie de reptil marino que sólo vivió en nuestro país, el Yaguarasaurus, que volvió a sentir que lo suyo era la paleontología.
María Páramo ha dedicado gran parte de su vida a rastrear y estudiar los reptiles marinos que poblaron los mares colombianos durante la misma época que los dinosaurios recorrieron la superficie terrestre. Sus días han transcurrido entre viajes de exploración al Huila, Santander, el Valle Superior del Magdalena y Villa de Leyva, y largas jornadas en un laboratorio descifrando fósiles de cráneos, aletas, vértebras y colas que pertenecieron a especies de hace 130, 125 y 90 millones de años.
No ha sido una tarea sencilla. A diferencia de países de Latinoamérica como Argentina, en donde desde hace un siglo los paleontólogos vienen haciendo excavaciones en regiones áridas de la Patagonia, o de Chile y Brasil, que han destinado importantes recursos para financiar este tipo de investigaciones, Colombia tiene una vegetación muy espesa y rocas profundas que dificultan el hallazgo de fósiles. Además, no hay suficientes paleontólogos y la mayoría se han especializado en microfósiles e invertebrados.
Precisamente, esta ausencia de profesionales interesados en estudiar los reptiles marinos que a María Páramo tanto le atraen fue lo que la motivó a vincularse como docente del Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional y apartarse del sector privado y de Ingeominas, en donde estuvo por 11 años. Estaba convencida de que a través de sus clases y los resultados de su trabajo podía contagiar de su entusiasmo a las nuevas generaciones.
Además de vincularse a la academia, María Páramo impulsó, con la ayuda de otros colegas, la creación de una fundación para rescatar fósiles en nuestro país. Hoy, desde su papel como educadora e investigadora de la Nacional, contribuye a estudiar los restos que ha encontrado o recuperado de manos de coleccionistas privados con la Fundación Colombiana de Geología.
A esta paleontóloga lo que más le ha causado fascinación de sus hallazgos es haber podido comprobar que el territorio colombiano aún está por explorar, que su riqueza en materia de fósiles es inmensa, pero faltan manos para realizar esta dispendiosa tarea.
Aunque todavía no se ha podido elaborar un mapa que dé cuenta de en qué regiones del país habitaron determinados reptiles, ya se sabe que aquí hubo especies autóctonas que no vivieron en ningún otro lugar del mundo, que en ese entonces el mar llegaba hasta el piedemonte llanero y que por eso departamentos como Boyacá, Cundinamarca y el Huila son ricos en fósiles, y que la vegetación era principalmente de helechos y coníferas.
Fernando Novas, un paleontólogo argentino reconocido por descubrir las especies de dinosaurios herbívoros más grandes del mundo y quien esta semana estuvo de visita en Bogotá, no ahorró calificativos a la hora de referirse a la labor de María Páramo, que ha trascendido fronteras.
María Páramo ha dedicado gran parte de su vida a rastrear y estudiar los reptiles marinos que poblaron los mares colombianos durante la misma época que los dinosaurios recorrieron la superficie terrestre. Sus días han transcurrido entre viajes de exploración al Huila, Santander, el Valle Superior del Magdalena y Villa de Leyva, y largas jornadas en un laboratorio descifrando fósiles de cráneos, aletas, vértebras y colas que pertenecieron a especies de hace 130, 125 y 90 millones de años.
No ha sido una tarea sencilla. A diferencia de países de Latinoamérica como Argentina, en donde desde hace un siglo los paleontólogos vienen haciendo excavaciones en regiones áridas de la Patagonia, o de Chile y Brasil, que han destinado importantes recursos para financiar este tipo de investigaciones, Colombia tiene una vegetación muy espesa y rocas profundas que dificultan el hallazgo de fósiles. Además, no hay suficientes paleontólogos y la mayoría se han especializado en microfósiles e invertebrados.
Precisamente, esta ausencia de profesionales interesados en estudiar los reptiles marinos que a María Páramo tanto le atraen fue lo que la motivó a vincularse como docente del Departamento de Geociencias de la Universidad Nacional y apartarse del sector privado y de Ingeominas, en donde estuvo por 11 años. Estaba convencida de que a través de sus clases y los resultados de su trabajo podía contagiar de su entusiasmo a las nuevas generaciones.
Además de vincularse a la academia, María Páramo impulsó, con la ayuda de otros colegas, la creación de una fundación para rescatar fósiles en nuestro país. Hoy, desde su papel como educadora e investigadora de la Nacional, contribuye a estudiar los restos que ha encontrado o recuperado de manos de coleccionistas privados con la Fundación Colombiana de Geología.
A esta paleontóloga lo que más le ha causado fascinación de sus hallazgos es haber podido comprobar que el territorio colombiano aún está por explorar, que su riqueza en materia de fósiles es inmensa, pero faltan manos para realizar esta dispendiosa tarea.
Aunque todavía no se ha podido elaborar un mapa que dé cuenta de en qué regiones del país habitaron determinados reptiles, ya se sabe que aquí hubo especies autóctonas que no vivieron en ningún otro lugar del mundo, que en ese entonces el mar llegaba hasta el piedemonte llanero y que por eso departamentos como Boyacá, Cundinamarca y el Huila son ricos en fósiles, y que la vegetación era principalmente de helechos y coníferas.
Fernando Novas, un paleontólogo argentino reconocido por descubrir las especies de dinosaurios herbívoros más grandes del mundo y quien esta semana estuvo de visita en Bogotá, no ahorró calificativos a la hora de referirse a la labor de María Páramo, que ha trascendido fronteras.
Infografía El Espectador
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La sencillez que proyecta María Páramo no le permite ufanarse de la extraordinaria labor que ha realizado a lo largo de todos estos años. Sin embargo, ni si quiera ella misma puede desconocer que sin sus hallazgos no conoceríamos a los reptiles que poblaron nuestros mares hace millones de años.
Referencia Web
María Suárez Rueda. Los reptiles de María Páramo. Periódico El Espectador. 12.02.2011 (http://www.elespectador.com/noticias/actualidad/vivir/los-reptiles-de-maria-paramo-articulo-250563)
[Última consulta 07.02.2012]
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